Papa Francisco: “Es el momento favorable al anuncio de Jesús”
- On 16 de noviembre de 2023
OMPRESS-ROMA (16-11-23) El Papa Francisco ha continuado, en la audiencia de ayer miércoles, con sus catequesis sobre la pasión por la evangelización y el celo apostólico, centrándose en la alegría, lo que para todo creyente debe ser el anuncio de Jesucristo, porque Él, Jesús es la alegría.
En esta serie de catequesis, que comenzara en enero de este mismo año, el Papa dedicó las primeras a cómo la Iglesia, la comunidad cristiana, nace misionera. Es ese “estar en salida”, según la expresión por él acuñada, que no es otra cosa que vivir la pasión por la evangelización. Tras estas primeras catequesis en las que abordó temas como Jesús, maestro del anuncio, el Espíritu Santo o cómo anunciar, pasó el Santo Padre a presentar a diversos testigos y ejemplos de esta pasión y celo apostólico. Con la catequesis de ayer comienza un tercer capítulo, en el que quiere “sintetizar este ciclo sobre el celo apostólico en cuatro puntos, inspirados en la exhortación apostólica Evangelii gaudium, que este mes cumple diez años”.
El primer punto, el expuesto ayer, es la alegría: “¿La razón? ¿Una buena noticia, una sorpresa, un bonito suceso? Mucho más, una persona: ¡Jesús! Jesús es la alegría. Es Él el Dios hecho hombre que ha venido a nosotros. La cuestión, queridos hermanos y hermanas, no es por tanto si anunciarlo, sino cómo anunciarlo, y este ‘cómo’ es la alegría. O anunciamos a Jesús con alegría, o no lo anunciamos, porque otro camino para anunciarlo no es capaz de llevar la verdadera realidad de Jesús”.
Y es que, aseveraba el Papa, “el Evangelio no es una ideología: el Evangelio es un anuncio, un anuncio de alegría. Las ideologías son frías, todas. El Evangelio tiene el calor de la alegría. Las ideologías no saben sonreír, el Evangelio es una sonrisa, te hace sonreír porque te toca el alma con la Buena Noticia”.
El anuncio del nacimiento de Jesús por el ángel a los pastores como “una gran alegría”, y la alegría de los discípulos en el Cenáculo, con la noticia de la resurrección, muestran que el encuentro con Jesús siempre lleva a la alegría, si no, “no es un verdadero encuentro con Jesús”.
Hay que volver a la vida cotidiana como los discípulos de Emaús, “con el impulso de quien ha encontrado un tesoro”. Es cuando “se descubre que la humanidad abunda de hermanos y hermanas que esperan una palabra de esperanza. El Evangelio es esperado también hoy: el hombre de hoy es como el hombre de todo tiempo: lo necesita, también la civilización de la incredulidad programada y de la secularidad institucionalizada; es más, sobre todo la sociedad que deja desiertos los espacios del sentido religioso, necesita de Jesús. Este es el momento favorable al anuncio de Jesús”.
Y citando la exhortación apostólica Evangelii gaudium recordaba: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”. Y animaba el Papa Francisco a tomarse un tiempo y decirse: “Jesús, Tú estás dentro de mí: yo quiero encontrarte todos los días. Tú eres una Persona, no eres una idea; Tú eres un compañero de camino, no eres un programa. Tú eres Amor que resuelve muchos problemas. Tú eres el inicio de la evangelización. Tú, Jesús eres la fuente de la alegría. Amén”.