Os llevo conmigo a la misión
- On 13 de septiembre de 2024
OMPRESS-BENÍN (13-09-24) El joven seminarista italiano de la Sociedad de Misiones Africanas, Anselmo Fabiano, acaba de partir con destino a Egipto. Ha estado un año en Benín, una oportunidad de discernimiento vocacional en la misión y en un contexto internacional. “Es hora de partir, es hora de misión. Os llevo conmigo en esta experiencia en Egipto, en El Cairo, donde continuaré mi formación y mi servicio pastoral a la Misión”, escribe Anselmo, al dejar la misión de Calavi, Benín.
“Partir hacia Benín”, cuenta a la agencia Fides de las Obras Misionales Pontificias, “fue embarcarme en una experiencia de fe y de vida que me ha transformado y enriquecido mucho, como una tierra donde la semilla sembrada crece y da fruto. Como el sembrador que regresa lleno de alegría con sus gavillas, así también yo regreso de Calavi, con los frutos de este año, lleno de gratitud hacia Dios que siempre ha guiado y acompañado mis pasos”. Añade que “África me ha enseñado mucho a través de los hermanos y hermanas que he conocido. El valor de la acogida y de la hospitalidad, sencilla, pero siempre hecha con el corazón, la gran sabiduría de los proverbios africanos, fuente inagotable de riqueza, el valor del tiempo y de las relaciones. También tuve una gran lección de vida con la malaria que me hizo ver de primera mano mi fragilidad; me dejó diferente, transformado, menos atrevido, más prudente y agradecido por el gran don de la salud. La fraternidad en la diversidad vivida en Calavi con otros 40 seminaristas me hizo ver de primera mano cómo es realmente posible superar todas las barreras y descubrir que todos somos hermanos. La diversidad es una gran riqueza y una belleza extraordinaria, como los muchos colores alegres del pagne africano, un tejido típico del África subsahariana. El fruto más hermoso de estos meses en Benín fue mi sí a ser misionero y formar parte de la gran familia SMA”.
Sobre su nuevo destino dice: “Ahora mi ‘primera misión’ ha llegado a Egipto, a El Cairo, donde tendré la oportunidad de ponerme al servicio y afrontar una realidad completamente nueva de la vida misionera. Será también la oportunidad de formar parte de una Iglesia pequeña, minoritaria, abierta al diálogo interreligioso, misionera”.
Los primeros misioneros de la Sociedad Misiones Extranjeras que desembarcaron en las costas de Benín en 1861 fueron el italiano Francesco Borghero y el español Francisco Fernández. En los años siguientes, numerosos religiosos y religiosas siguieron los pasos de los dos pioneros. “Me gustaría recordar a Francis Aupiais, SMA, que dio a conocer en Europa la cultura, el arte y, en general, los valores del África subsahariana, en gran medida desconocidos en aquella época”, afirmaba el padre Juan Benetti. El misionero, que está en Benín desde hace dos años como formador en el centro de espiritualidad Brésillac, en Calavi, cuenta que en la capital, Porto Novo, se celebra cada año desde 1922, gracias a la intuición del padre Aupiais, la Epifanía inculturada, instrumento de inculturación del Evangelio, pero también medio de valorización de la cultura local y ocasión de encuentro y diálogo entre creyentes de todas las religiones. “Sin embargo, no puedo ignorar el hecho de que el anuncio del Evangelio a lo largo de las costas del golfo de Guinea ha provocado una gran pérdida de vidas humanas. Desde Dahomey, el Evangelio llegó a otros países de África occidental, pero a un alto coste: se estima que durante varias décadas la SMA y la rama femenina de la SMA perdieron alrededor de 400 miembros en esas zonas, diezmados por la malaria y la fiebre amarilla”.