Nuestros misioneros, paradigma de la misión de todo bautizado
- On 10 de mayo de 2024
OMPRESS-MADRID (10-05-24) Con motivo de la Jornada Diocesana de los Misioneros Madrileños de este Domingo, el arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, escribe a los fieles madrileños para que tengan muy presente a sus hermanos que han partido a la misión y, también, a aquellos que vivirán este día el ser enviados a la misión por la Iglesia de Madrid.
“Queridos hermanos y hermanas: Se acerca la celebración de la Solemnidad de la Ascensión del Señor a los cielos y en nuestra diócesis celebramos la Jornada Diocesana de los Misioneros Madrileños, un día para, juntos como una gran familia, recordarles especialmente, y a la vez celebrar desde nuestra catedral, el envío a tierra de misión de nuestros misioneros diocesanos que, escuchando la llamada del Señor en su corazón, han dado un sí generoso y piden la bendición de la Iglesia. Se les impondrá la cruz, recordatorio de la naturaleza misma de su misión ‘predicad a Cristo, y este crucificado, fuerza y sabiduría de Dios’. También renovarán su envío los misioneros que están de paso por nuestra diócesis que acogemos fraternalmente.
Este año el lema de la Jornada es ‘Testigos valientes del evangelio’. Testigos, llamados a testimoniar con la propia vida. Necesitamos evangelizadores que antes de nada muestren lo que el encuentro personal con Cristo ha hecho en sus vidas. Hoy más que nunca son necesarios estos testigos, que no hablan de ellos, que no llevan sus pensamientos, ni ideologías, sino la Palabra hecha carne, ofrecida a todo el mundo. ‘Evangelizadores que les hablen de un Dios a quien ellos mismos conocen y tratan familiarmente’. No podemos ser testigos de Cristo sin la oración, el trato cotidiano y cercano con aquel que sabemos nos ama y nos hace salir de nosotros mismos para darnos a los demás. Valientes, una valentía que brota de la misma llamada que viene del Espíritu Santo, que convierte los corazones y que puede irradiarse a aquellos con los que nos encontramos. Es la valentía que nace de una vida de fe y de sacramentos, del que sabe que no está solo en la misión, que es enviado por la Iglesia que le sostiene y además le acompaña con su bendición y la oración de todo el Pueblo de Dios. Valiente, el que abre su corazón, para que otro pueda asomarse a la vida, exponiendo su intimidad para que las personas que nos rodean puedan también encontrarse con Cristo. Del Evangelio, ¿acaso podemos llevar algo mejor a los demás? Nuestro encuentro personal con Cristo no es para guardarlo, para enterrarlo, es para compartirlo, para donarlo. Del Evangelio nace cualquier otra actividad misionera. Salir al encuentro del otro y compartir la fe, les lleva a identificar las necesidades del pueblo al que la Iglesia les ha enviado, y vemos cómo los misioneros, están allí donde se necesita educación, sanidad, infraestructura… pero sobre todo hacen presente a la Iglesia en todo el mundo, su presencia eucarística y sacramental.
Nuestros misioneros son paradigma de lo que tiene que ser la misión de todo bautizado. Atentos a los alejados o que no conocen a Dios, a los que sufren, a los que no tienen voz, hacen presente en medio del mundo el amor misericordioso del Padre ‘que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.’ Y llevando el Evangelio con alegría. Cuantas veces ha advertido el Papa Francisco que no podemos decir que llevamos un gran tesoro con una cara apesadumbrada, sin brillo en los ojos, sin una mirada enamorada. Por todo ello desearía pediros una oración por nuestros 564 misioneros madrileños, repartidos en 86 países de los cinco continentes: 88 sacerdotes, 99 religiosos, 157 religiosas, 4 religiosas de clausura y 216 seglares, entre los cuales hay 72 familias. Pidamos para que el Señor siga llamando, en nuestra diócesis a la misión ad gentes, y que el ejemplo de estos 564 misioneros haga brotar en todos nosotros el celo apostólico para que todos seamos: Testigos valientes del Evangelio, desde el lugar donde el Señor nos ha puesto a cada uno. Que la Virgen de la Almudena acompañe e interceda por nuestros misioneros. Os envío un saludo afectuoso con mi bendición”.