OMPRESS-EL SALVADOR (11-12-23) Este es el título del libro escrito por el jesuita Rafael Moreno, una semblanza sencilla y amena, pero a la vez interpelante, de quien fuera su obispo y su amigo, y que puede descargarse en pdf para quien quiera conocer a quien ha sido un testigo de la justicia, la paz y la reconciliación.

El padre Rafael Moreno SJ, asesor de la Red Jesuita con Migrantes de Latinoamérica y el Caribe, presentó este libro en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” en El Salvador, como parte del Coloquio Académico “Libres de Elegir si migrar o quedarse”. El libro, explicaba el jesuita en aquella presentación, tiene por objetivo que las personas comprendan que el mensaje de San Óscar Arnulfo Romero puede aplicarse en estos tiempos, sobre todo en las realidades de sociedades como la de El Salvador y la región Centroamericana. Es, también, una especie de relato de la secuencia de conversión que llevó a Monseñor Romero a convertirse en defensor de las causas justas y testimonio vivo de justicia y reconciliación. Agregó que ve necesario preguntarse qué haría el santo en los tiempos actuales.

El padre Moreno llegó a El Salvador por primera vez en 1974. En la presentación, relató la forma en que Monseñor Romero “lo pidió” para ser su director de asuntos sociales, por su labor cercana con comunidades vulnerables en el contexto del conflicto armado salvadoreño. Después de su asesinato, Moreno se convirtió en uno de los principales denunciantes de las violaciones de derechos humanos en El Salvador y Centroamérica.

San Óscar Romero (1917-1980), arzobispo de El Salvador, fue asesinado el 24 de marzo de 1980, en plena consagración de la misa. Su defensa de la justicia y de los más pobres, en un momento duro en la historia de su país, que sufría una fuerte represión social y política, le llevó a este martirio que la Iglesia ha reconocido como motivado por “odium fidei”, odio a la fe. El día antes de su muerte había dicho: “Os suplico, os los ruego y, en nombre de Dios, os lo ordeno, cese la persecución contra el pueblo”. Y en su diario, el 5 de noviembre de 1979, como recoge este libro escribía: “Es corriente que quien se dedica a predicar la verdad y la justicia sea signo de contradicción en el mundo y que su voz, aunque la callara la muerte, siga siempre sonando en la conciencia de quienes piensan lo mismo”.

Para descargar el libro aquí.