Misioneros por el mundo en Costa Rica
- On 23 de septiembre de 2019
OMPRESS-COSTA RICA (23-09-19) Esta noche, en la medianoche del lunes al martes, TRECE TV Misioneros por el Mundo llega a Costa Rica, donde conoceremos a algunos misioneros nacidos en España y enviados por nuestras diócesis a la misión. Juan Manuel Montero y Mariola Díaz Cañete son una familia misionera perteneciente al Camino Neocatecumenal, tienen 10 hijos, y han sido enviados por la diócesis de Sevilla a la misión en Costa Rica, donde se encuentran desde el año 2000. Adaptarse al calor y la pobreza no fue fácil, pero en la oración encontraron la paz hasta conseguir adaptarse.
Juan Manuel es profesor de la escuela diocesana Nuestra Señora de Sión, donde estudian también sus hijos. Las familias en misión tienen que trabajar y él se gana la vida dando clases de informática aunque es administrador de empresas y en España trabajaba llevando recursos humanos en una empresa de Ingeniería. Como dice Juanma, las familias en misión deciden vivir “con los pobres, entre los pobres, como pobres, para llevar la Palabra de Dios y ponerse al servicio del párroco”. Y todo esto sabiendo que lo primero es la familia, por eso cuentan en todo con sus hijos que se sienten parte de la misión. Y es así, una de las niñas comenta que cuando sus compañeros le confían sus problemas, lo primero que les dice es “que recen”, porque a ella eso “le funciona”. En la misión, Mariola ha aprendido a valorar las cosas: en España necesitaba muchas cosas y en la misión ha aprendido a vivir con muy poco. Juan Manuel reconoce que en España tal vez tendrían más dinero, pero en Costa Rica “tienen un tesoro más grande que el dinero”.
En Carrizal, un barrio muy pobre de las periferias de Puntarenas, otros misioneros del Camino Neocatecumenal trabajan en la Pastoral Penitenciaria. Allí está Socorro López, una misionera nacida en Bailén (Jaén) y enviada a la misión por la diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Con Socorro se encontraba en el momento de la grabación del programa Chati, una gaditana que vive en España, aunque con su marido Mariano, ya fallecido, fue una de las primeras familias en misión del Camino Neocatecumenal. Más de una vez, las misioneras han tenido que llevar comida a algún vecino. Doña Dinora es una anciana de 90 años que tuvo 11 hijos, y ahora vive con uno que tiene discapacidad. Llevan cuatro meses comiendo de lo que le llevan las misioneras, pero dice con una sonrisa “aquí todo el mundo es más pobre”. En cuanto a la Pastoral Penitenciaria, desde hace 14 años, Socorro visita la cárcel para llevar esperanza a los reclusos. En esta prisión hay casi 1.000 presos (la mayoría por delitos relacionados con la drogas). El director del Centro destaca el “valor incalculable” del trabajo que los misioneros hace allí. Obras Misionales Pontificias ha financiado algunos proyectos en esta cárcel, como el salón donde los presos se reúnen con las misioneras para rezar; allí se sienten queridos y abren su alma para decir, con lágrimas en los ojos, que después de haber errado la senda, han encontrado en Cristo la esperanza del cambio.