“Misioneros por el mundo” en Corea del Sur: acción y contemplación
- On 13 de noviembre de 2023
OMPRESS-MADRID (13-11-23) “Misioneros por el mundo” llega este próximo viernes 17 de noviembre, a las 21,15h a Sungsimwon. Allí está el hospital del Sagrado Corazón para la lepra, fundado por franciscanos italianos en 1959, en Sancheong, Corea del Sur. Cuando el padre Luis Uribe llegó al hospital en 1980, para ayudar al último fraile italiano, había todavía unos 600 enfermos. Algunos venían huyendo de la isla de Sorok, donde llegó a haber unos 5.000 leprosos confinados. Ahora que quedan menos enfermos de lepra, el hospital del Sagrado Corazón acoge también a unas 35 personas con discapacidad mental y motriz.
Su trabajo con los enfermos de lepra y los discapacitados ha hecho merecedor al franciscano Luis Uribe, nacido en Guernica, Vizcaya, de la Medalla Nacional de Peonía, que el Gobierno de Corea le concedió en febrero 2023 de este año.
El padre Uribe se ha entregado a los enfermos en cuerpo y alma, ha tratado de “quererles bien, ayudarles, acudir cuando le necesitan, día y noche”. Cuando le preguntan a este misionero: “¿tú qué haces aquí en Corea?”, él responde sencillamente: “pues nada, querer a todos, pensar que son mis hermanos, que no soy extranjero para vosotros, que sois nuestra familia cristiana, uno más de entre vosotros”.
Desde la fe cristiana, el misionero afirma que “participa de la enfermedad de ellos, para el bien de ellos y para el bien de gente que no sabe quiénes serán” y añade “participas de la pasión del Señor; le estoy dando un poquito de cariño a esta (dice señalando a una enferma), pero el resultado puede estar en África, en Asia, en Filipinas, o aquí en Corea, en Seúl, eso ya no me interesa a mí, es cuestión del Señor”.
El padre Uribe sostiene que el misionero es “el que tiene el corazón abierto a todos” y explica su manual de prácticas: “no chismorrear, no criticar, no enfadarte, aceptar sus maneras extrañas de pensar para ti, aprender, abrir el corazón para entrar a todos y hacerte a ellos, no extrañarte de nada”. Incluso ‒añade el sacerdote‒ aprender a callar, no demostrar aquello que uno puede “aborrecer” de otra cultura, como algunas costumbres del “confucionismo”, que todavía le cuesta aceptar.
En el cementerio donde descansan los restos de muchos enfermos de lepra y de algunos familiares y frailes, el padre Uribe recuerda que preparó a muchos enfermos a prepararse para la muerte. El fraile les daba los últimos sacramentos, y durante unos diez años se encargó también de amortajarles.
En el Valle Tierra Santa de Perón, está el Monasterio “Madre de Dios”, de contemplativas de clausura, fundado por las Dominicas de Olmedo, Valladolid, y en el que se encuentra la hermana Teresa Ferrón, una granadina que llegó a Corea en 1991 para una especial tarea misionera “hacer oración”.
Como dijo el Papa Francisco en un video mensaje dirigido a las OMP en 2018, “La oración es la primera obra misionera, ¡la primera!, que cada cristiano puede y debe hacer, y también es la más eficaz, aunque no se pueda medir. De hecho, el principal agente de la evangelización es el Espíritu Santo, y nosotros estamos llamados a colaborar con Él”.
A los 14 años Teresa soñaba con ir a las misiones a África, pero no con ser religiosa, y mucho menos contemplativa. Sin embargo, haciendo oración, sintió claramente que el Señor la llamaba a una consagración total en la clausura. Y acabó en Corea, cumpliendo así también su sueño misionero de adolescente.
Teresa recuerda que la patrona de las Misiones, santa Teresa del Niño Jesús, fue también una monja contemplativa y añade que la misión de las contemplativas, como la de todos los misioneros, es también “salvar almas”.
Los coreanos reconocieron la importancia de las monjas siendo generosos con sus aportaciones cuando se construyó el Monasterio, porque como dice la misionera granadina “la gente necesita que pidamos por ellos”.
Todos los programas de “Misioneros por el mundo” se pueden ver en el canal de Youtube OMP en los medios.