Misioneros madrileños: “Pregonáis con vuestra vida la bondad y la belleza del Evangelio”
- On 2 de junio de 2025
OMPRESS-MADRID (2-06-25) Fueron las palabras que dedicó el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, a los misioneros en la celebración que tuvo lugar ayer en la Catedral de la Almudena. En la solemnidad de la Ascensión, cuando el Señor manda a los apóstoles a ir por todo el mundo y predicar su Evangelio, se celebró en Madrid el Jubileo de los Misioneros Madrileños.
Se celebraba también el Día del Misionero Madrileño, una jornada para recordar a las decenas y decenas de madrileñas y madrileños que lo han dejado todo por ese “id y anunciad”. Todos los “que han dejado todo con gran amor a Dios” y “han ido donde la Iglesia les ha enviado a llevar la alegría de la Pascua”, tal y como ha expresado Manuel Cuervo, delegado de Misiones de la diócesis de Madrid, al inicio de la Eucaristía de ayer en la catedral de la Almudena.
Como explican desde el arzobispado de Madrid, un centenar de misioneros diocesanos, religiosos, sacerdotes y familias, ganaron este jubileo. El cardenal Cobo los recibía a todos ellos, representantes de los que misionan ad vitam y de los jóvenes que se repartirán este verano por el mundo. “Allí os espera Jesús el Resucitado”, les ha dicho a estos últimos. “No os lo quedéis para vosotros, lo que aprendáis devolvedlo a toda la Iglesia de Madrid” y “Ojalá vuestro testimonio sea semilla de futuras vocaciones para la misión ad gentes”.
Las vidas de los misioneros, ha afirmado en la homilía el cardenal, recuerdan a cada bautizado que “somos herederos de aquellos discípulos” primeros enviados. “Vuestra generosidad, valentía, pasión y entrega espabila la mirada de una Iglesia a veces encerrada en sí misma y en sus problemas internos y de sacristía”. El cardenal se ha mostrado junto a toda la Iglesia de Madrid “orgulloso” de estos misioneros cuyo “testimonio es una primavera preciosa para nuestra Iglesia y un modelo para aprender a ser cristianos misioneros”.
Al concluir la Celebración Eucarística, dos de los 560 nombres propios de la diócesis de Madrid que respondieron a la llamada del Señor han compartido su testimonio de vida. La familia de David y Maruxa, del Camino Neocatecumenal, dijeron que sí a la misión después de haber experimentado a Dios en sus vidas y llevan 18 años en la isla de Guam, en el Pacífico. Allí se fueron cuando tenían tres hijos, y en la misión han nacido sus otros siete: “Nuestra misión es sencilla, vivir en familia, evangelizar las comunidades y ver la obra de Dios cuando dices ‘Dios te ama’”. Por su parte, el sacerdote comboniano Juan Antonio Fraile, misionero en el Congo, recordó su vida misionera y cómo “Dios hace bien las cosas”, y aclaró que “el misionero es aquel que vive su fe allí donde Dios te va poniendo”.