OMPRESS-TURQUÍA (1-02-24) En la mañana del domingo 28 de enero, dos personas armadas entraban en la Iglesia de la Natividad de Nuestra Señora en Sarayer, un barrio de Estambul y asesinaban a uno de los fieles que asistían a Misa, Tuncer Cihal. Hoy a las 19:00h (17:00h hora de España) se tendrá una misa de reparación. “Tras el terrible acto de violencia y profanación perpetrado el domingo 28 de enero”, dice un comunicado emitido por el Vicariato Apostólico de Estambul, “se celebrará una misa de reparación en la iglesia profanada. En esta ocasión, se consagrará un nuevo altar en la iglesia y se rezará por el alma del difunto Tuncer Cihal, asesinado en estas terribles circunstancias”. La liturgia eucarística estará presidida por el arzobispo Marek Solczinsky, nuncio apostólico en Turquía, y por Mons. Maximilian Palinuro, vicario apostólico de Estambul para los católicos de rito latino.

Los detalles del atentado revelan que la operación terrorista podría haber tenido consecuencias más graves, si las armas no se hubieran encasquillado, según confirmaba el ministro turco del Interior, Ali Yerlikaya. La policía turca anunció la detención de los dos presuntos asesinos, un ciudadano checheno con pasaporte ruso y un tayiko, así como de otras 51 personas que forman parte del mismo grupo integrista.

El vicario apostólico de Anatolia, Mons. Paolo Bizzeti, explicaba a SIR, que no es un ataque contra “una iglesia italiana. Es italiana porque fue hecha por italianos como la mayoría de las iglesias de Estambul. Se trata de una iglesia, concretamente, que llevan los padres franciscanos conventuales”. Más que un ataque a una iglesia italiana, subraya este prelado, ha sido “un ataque a la minoría cristiana, una de las muchas presentes en Turquía y en Oriente Medio”. En Turquía, los cristianos están desde hace tiempo en el objetivo. Así ocurrió con el padre Andrea Santoro, asesinado en Trabzon el 5 de febrero de 2006, mientras rezaba en la iglesia, y con Mons. Luigi Padovese, asesinado el 3 de junio de 2010, en Iskenderun.

En un mensaje recogido por Fides, la Agencia de Noticias de las Obras Misionales Pontificias, el obispo Maximilian Palinuro expresaba su “gratitud a todos los agentes de las fuerzas del orden, especialmente a nuestro ministro del Interior, Ali Yerlikaya, que han conseguido detener a los autores y a sus cómplices en un breve plazo de 12 horas tras el atroz atentado perpetrado el 28 de enero de 2024 en la iglesia católica de la Natividad de Nuestra Señora, perteneciente a nuestra diócesis. Aprovechamos esta oportunidad para afirmar que necesitamos vuestro firme apoyo para aumentar y reforzar las medidas de seguridad durante el culto de las comunidades católicas en sus iglesias de Estambul. Agradecemos todos los esfuerzos por mantener este clima de amor y respeto mutuo en Estambul, donde todas las religiones viven en fraternidad desde hace siglos”.

Y añadía que “como católicos que vivimos en Estambul conocemos el sincero amor fraterno, la conciencia y la hospitalidad de la gente de nuestro país. Amamos mucho a nuestro país y a nuestra gente. Nos gustaría subrayar que los individuos y grupos que piensan que cerraremos nuestras iglesias y nuestras puertas por dentro, porque están propagando una ola de terror mediante un acto terrorista, se equivocan”.