Misa de acción de gracias por la beatificación de Pauline Jaricot
- On 30 de mayo de 2022
OMPRESS-MÁLAGA (30-05-22) La diócesis de Málaga ha querido festejar y dar gracias por la beatificación de Pauline Jaricot, la fundadora del Domund, que tuvo lugar el pasado 22 de mayo en Lyon, su ciudad natal, con una celebración este pasado sábado, presidida por el obispo de la diócesis. Además fue la oportunidad para escuchar en directo por primera vez la canción “En el corazón del mundo”, compuesta por el grupo malagueño de música católica contemporánea “Amanecer”, inspirada en Pauline Jaricot.
La celebración tuvo lugar en la Santa Iglesia Catedral y en ella, Mons. Jesús Catalá, en la víspera de la fiesta de la Ascensión, recordó que esta fiesta “urge a no olvidarse de los compromisos para transformar este mundo. Hay que mirar al cielo teniendo los pies en la tierra. Así lo hizo Paulina Jaricot, por cuya beatificación hoy damos gracias. Nacida en Lyon en 1799, fue fundadora de la Propagación de la Fe”. Y citó la “Historia de mi vida”, de la beata lionesa, cuando escribe: “Tenía unos diecisiete años cuando mi pobre corazón, cansado de sus búsquedas infructuosas de la felicidad en un mundo corrupto y perecedero, resolvió finalmente fijar su inconstancia en el afecto de su Dios”. Pero, apuntaba Mons. Catalá, “solo Jesús podía ofrecerle lo que ella deseaba y tomó la decisión de superar los obstáculos a su conversión profunda, buscando un director espiritual experimentado. Su conversión supuso un cambio radical en su vida”.
Explicó el prelado malagueño que “su espiritualidad sigue la estela de san Pablo y de la Escuela francesa de espiritualidad, que hace hincapié en el Verbo encarnado. ‘Para mí, vivir es Cristo’ (Flp 1, 21). Tiene una gran devoción por la Pasión del Señor y un sentido profundo de la eucaristía, como expresará en un opúsculo titulado ‘El Amor infinito en la divina Eucaristía’. Dice ella que lo aprendió todo al pie del altar”. Esto no impidió que Pauline Jaricot viviera una verdadera vocación laical, “asumiendo el compromiso bautismal, respetando las estructuras eclesiales, pero siendo pionera en muchos ámbitos. Como mujer y laica no tuvo una tarea fácil, sufriendo incluso la hostilidad de gran número de notables católicos. Su vida fue una buena muestra del lugar de una mujer dentro de la Iglesia, gozando del reconocimiento de la institución, pero enfrentándose al mismo tiempo a persecuciones”.
Siendo una joven, apuntaba el obispo de Málaga, “revolucionó la misión de la Iglesia al implicar a todos los católicos en el trabajo de los misioneros con la oración y los donativos. Su iniciativa sigue siendo actual 200 años después a través del Domund”. Y concluía: “Hoy damos gracias a Dios por la beatificación de gran mujer laica, que supo combinar maravillosamente la fiesta de la Ascensión; es decir, unir las cosas del cielo con las de la tierra”.