Mensaje del Domund 2023: Corazones fervientes, pies en camino
- On 26 de enero de 2023
OMPRESS-ROMA (26-01-23) Fechado en el día de la Epifanía, ayer se hacía público el Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones, el Domund, del próximo 22 de octubre, y que tiene a los discípulos de Emaús como protagonistas. El encuentro con Jesús “encendió su entusiasmo para volver a ponerse en camino hacia Jerusalén y anunciar que el Señor había resucitado”.
El mensaje que lleva el título de “Corazones fervientes, pies en camino” reflexiona sobre este encuentro con Jesus y la transformación de los discípulos, desarrollando tres aspectos de la misma, comenzando por cómo ardían sus corazones. En aquel momento de desconcierto tras la Pasión, “el Señor toma la iniciativa de acercarse a los suyos y de caminar a su lado”, apunta el Papa. “Hoy como entonces, el Señor resucitado es cercano a sus discípulos misioneros y camina con ellos, especialmente cuando se sienten perdidos, desanimados, amedrentados ante el misterio de la iniquidad que los rodea y los quiere sofocar”. Como vicario de aquel que caminó al lado de los discípulos de Emaús, el Papa Francisco expresa también en el mensaje su “cercanía en Cristo a todos los misioneros y las misioneras del mundo, en particular a aquellos que atraviesan un momento difícil. El Señor resucitado, queridos hermanos y hermanas, está siempre con ustedes y ve su generosidad y sus sacrificios por la misión de evangelización en lugares lejanos”.
Los discípulos de Emaús escucharon a Jesús resucitado que les explicó las Escrituras “y los corazones de los discípulos se encendieron”. Y apunta el Papa la importancia de la afirmación de san Jerónimo: “Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”, por eso, “el conocimiento de la Escritura es importante para la vida del cristiano, y todavía más para el anuncio de Cristo y de su Evangelio. De lo contrario, ¿qué trasmitiríamos a los demás sino nuestras propias ideas y proyectos?”.
El segundo aspecto puesto de relieve en el mensaje es cómo se abrieron los ojos de aquellos dos discípulo y lo reconocieron al partir el pan: “El elemento decisivo que abre los ojos de los discípulos es la secuencia de las acciones realizadas por Jesús: tomar el pan, bendecirlo, partirlo y dárselo a ellos”. Es entonces cuando desaparece de su vista. Un hecho, explica el Papa, que “da a entender una realidad esencial de nuestra fe: Cristo que parte el pan se convierte ahora en el Pan partido, compartido con los discípulos y por tanto consumido por ellos”. De ahí que “cada discípulo misionero está llamado a ser, como Jesús y en Él, gracias a la acción del Espíritu Santo, aquel que parte el pan y aquel que es pan partido para el mundo”. Por eso, incluso “un simple partir el pan material con los hambrientos en el nombre de Cristo es ya un acto cristiano misionero. Con mayor razón, partir el Pan eucarístico, que es Cristo mismo, es la acción misionera por excelencia”.
“Pies que se ponen en camino”, es el tercer aspecto de la escena de Emaús que presenta el Mensaje del Domund de este año: “No es posible encontrar verdaderamente a Jesús resucitado sin sentirse impulsados por el deseo de comunicarlo a todos. Por lo tanto, el primer y principal recurso de la misión lo constituyen aquellos que han reconocido a Cristo resucitado, en las Escrituras y en la Eucaristía, que llevan su fuego en el corazón y su luz en la mirada. Ellos pueden testimoniar la vida que no muere más, incluso en las situaciones más difíciles y en los momentos más oscuros”. Recuerda el Papa que “la imagen de los ‘pies que se ponen en camino’ nos recuerda una vez más la validez perenne de la misión ad gentes, la misión que el Señor resucitado dio a la Iglesia de evangelizar a cada persona y a cada pueblo hasta los confines de la tierra. Hoy más que nunca la humanidad, herida por tantas injusticias, divisiones y guerras, necesita la Buena Noticia de la paz y de la salvación en Cristo”. Recordando su exhortación apostólica Evangelii gaudium reitera el Papa que “todos tienen el derecho de recibir el Evangelio y los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie”, porque “la conversión misionera sigue siendo el objetivo principal que debemos proponernos como individuos y como comunidades, porque «la salida misionera es el paradigma de toda obra de la Iglesia”.
Concluye el mensaje recordando que “todos pueden contribuir a este movimiento misionero con la oración y la acción, con la ofrenda de dinero y de sacrificios, y con el propio testimonio. Las Obras Misionales Pontificias son el instrumento privilegiado para favorecer esta cooperación misionera en el ámbito espiritual y material. Por esto la colecta de donaciones de la Jornada Mundial de las Misiones está dedicada a la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe”.
Así, como el de aquellos dos discípulos, también nuestro anuncio debe ser “una narración alegre de Cristo el Señor, de su vida, de su pasión, muerte y resurrección, de las maravillas que su amor ha realizado en nuestras vidas”. “Santa María del camino, Madre de los discípulos misioneros de Cristo y Reina de las misiones, ruega por nosotros”.