Me ha tocado la lotería: 13 años como misionero
- On 21 de febrero de 2023
OMPRESS-COSTA DE MARFIL (21-02-22) El misionero David Martínez Gutiérrez es un joven sacerdote asturiano que partió la misión en Costa de Marfil por un año y allí sigue, 13 años después, al servicio de las comunidades cristianas y arrimando el hombro en el seminario de Yapougon.
Cuenta David, que estos últimos días han sido un periodo lleno de eventos, “sin ir más lejos el domingo todo el seminario realizó una peregrinación a Yamoussoukro”, la gran Basílica de Nuestra Señora de la Paz, que imita a San Pedro del Vaticano. “Celebramos la ordenación del nuevo obispo y para esta ocasión han venido obispos de muchas partes de África. Hoy tuvimos la suerte de recibir en el seminario a un obispo y mañana tendremos a otro obispo que vendrá a visitar nuestro seminario”.
Cuenta David que tiene 38 años, “soy originario de Asturias, de Oviedo, y llevo trece años en Costa de Marfil. Pertenezco al Camino Neocatecumenal, y soy vicerrector en el seminario Redemptoris Mater de Yopougon. Tenemos a 22 seminaristas en el seminario y 10 que están en misión en el norte del país. Me he formado en el Seminario de Finlandia y al final de mis estudios estuve dos años en misión en Estonia y el tercero en Costa de Marfil. Aquí el Señor que tiene una imaginación maravillosa me cambió la vida, lo que iba a ser un año en misión se ha convertido en el lugar donde me ordené sacerdote en el 2014 y donde ya llevo 13 años. Siempre digo que me ha tocado la lotería”.
Explica que su “misión consiste en evangelizar en las parroquias poniéndome al servicio de las comunidades haciendo catequesis al servicio de la palabra de Dios. En el seminario, me ocupo de la intendencia, la cocina, los alimentos y esto yendo a pedir a los supermercados la caridad como hacía San Francisco de Asís. Después de trece años tenemos una red de amigos y bienhechores por lo que todas las semanas voy a pedir a los supermercados donde tienen productos perecederos como fruta o verdura que ya no pueden vender al público, y en el seminario los aprovechamos, y lo que no podemos utilizar (hace dos años tuvimos la inspiración del proyecto de una granja de animales) se lo damos a los cerdos, que luego nos comeremos nosotros”. Incluso se acerca a pedir la caridad a las empresas de pescado del puerto, “y así, muchas veces rezando el rosario y temblando, pidiendo al Señor que me ayude, el Señor toca los corazones a los hombres de buena voluntad que nos ayudan y nos dan casi todo el pescado que comemos cada mes. Es un misterio el corazón del hombre y es más misterio todavía que muchas personas que nos ayudan son musulmanes y que cuando voy a pedir no me hacen muchas preguntas sino que me dicen: Padre te voy a ayudar, porque el que me está pidiendo no eres tú, sino Dios. “En el seminario vivimos de la caridad de la Divina Providencia, como os cuento, y el Señor siempre nos ha ayudado a través de ángeles, que Él pone en nuestro camino, personas de buena voluntad”.
David cuenta que los seminaristas a veces vienen de situaciones familiares muy difíciles. “Familias que están destruidas, huérfanos o abandonados por sus padres. Las situaciones son dramáticas… Lo más importante es curar el corazón del hombre porque, si estos jóvenes que vienen con muchas heridas afectivas son curados en el corazón a través del amor gratuito de Dios, después pueden llevar este amor allá donde vayan, incluso a la oveja perdida. Por eso todo en el seminario es gratuito. Los formadores nos ocupamos de encontrar ayudas en Europa y aquí en este país para que todo sea gratuito, para que estos chicos, sin importar familia ni situación de la que vengan, puedan sentirse amados y queridos y que este amor gratuito lo puedan llevar a los demás. Gratuitamente habéis recibido, gratuitamente dad”. Gracias a estas ayudas han ido llevando a cabo diversos proyectos como el pozo de agua, la granja antes mencionada, el edificio de la biblioteca, las aulas de clase e incluso unas habitaciones para los misioneros que estén de paso. El último proyecto que tienen entre manos es crear una gran biblioteca que esté entre las más grandes del país, y que dé servicio a otros institutos religiosos y misioneros”.