Los primeros 150 años de los Misioneros de África

  • On 22 de noviembre de 2018

OMPRESS-ITALIA (22-11-18) Este domingo 25 de noviembre, la comunidad de los Padres Blancos de Treviglio, Italia, abrirá, con una misa solemne, las celebraciones de los 150 años de su instituto, nacido en tierra africana. Será Mons. Richard Baawobr, ghanés, obispo de Wa, en su país natal, y él mismo miembro de los Padres Blancos, quien presida la misa. En las diversas comunidades que tiene esta benemérita institución misionera ha habido ya actos para conmemorar y, sobre todo, dar gracias a Dios por este siglo y medio de servicio a la misión.

Y es que este año los Misioneros de África y las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de África celebran sus primeros 150 años de historia. Fue el 18 de octubre de 1868 cuanto se abría en Argel el primer noviciado. Serían los primeros Padres Blancos. La rama femenina comenzaría al año siguiente. Como recuerdan estos misioneros, las directivas de su fundador, el arzobispo de Argel, Charles Lavigerie, eran claras. Los misioneros deberían hablar árabe, adoptar el vestido blanco de la zona – de ahí lo de padres blancos – el tocado rojo y un rosario al cuello, alternar el estudio y la oración con el trabajo manual y estar siempre en contacto con la gente.

En 1876 los padres blancos ya mandan una primera caravana hacia Tombuctú, Mali. Nunca llegarán a su destino, son masacrados por sus propios guías tuaregs. Otra caravana, con más misioneros llegará a Bagamoyo, en Tanzania. De allí pasan hacia los lagos Tanganica y Victoria. Son los primeros pasos de una verdadera aventura misionera, en la que se mezclan los idiomas, las nacionalidades y las tierras para unirse en la misión y el testimonio.

Entre los 19 mártires que serán beatificados el próximo 8 de diciembre en el Santuario de Nuestra Señora de Santa Cruz de Orán, en Argelia, – entre ellos los monjes de Tibhirine – cinco son Padres Blancos: Pierre Claverie, obispo de Orán, y los padres Jean Chevillard, Jean Dieulangard, Charles Deckers y Christian Chessel. Son religiosos que, con su vida y con su muerte, cumplieron con lo que dice las constituciones de los Misioneros de África, un “instituto misionero de sacerdotes y hermanos (laicos consagrados), que viven en comunidad y se dedican a la misión en África con un juramento de por vida”.

 

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