Los niños de Infancia Misionera de Nigeria celebran el Año Jubilar

  • On 12 de junio de 2025

OMPRESS-NIGERIA (12-06-25) A través de peregrinaciones, actividades formativas e incluso obras de teatro y actuaciones los niños de la Obra Pontificia de Infancia Misionera de toda Nigeria están viviendo con entusiasmo este Año Jubilar 2025 bajo el lema “Somos misioneros de la Esperanza”. En las 59 diócesis de Nigeria ha tenido siempre mucha fuerza y presencia esta Obra Pontificia, sobre todo porque la Iglesia nigeriana ha valorado siempre que formar a los pequeños en el espíritu misionero es el verdadero cauce de crecimiento en la fe.

Todo ello a pesar de las dificultades que expresaba el director nacional de las Obras Misionales Pontificias en Nigeria, el padre Solomon Patrick Zaku, en su reciente visita a Roma para la Asamblea anual de esta institución misionera. El padre Zaku habló de la inseguridad y la tensa situación que se vive en el país más poblado de África. Son numerosos los secuestros de sacerdotes y en el norte son habituales los ataques a iglesias y otras instituciones cristianas. “La tarea de las Obras Misionales Pontificias es despertar la conciencia misionera entre los fieles”, decía en una entrevista a Fides hace una semana, y, a pesar de las dificultades, “la labor de las Obras Misionales Pontificias continúa; pienso en especial en la Obra de la Santa Infancia. Me vienen a la mente las palabras de San Pablo: ‘Nada puede separarnos del amor de Dios’. Y con esta consciencia, seguimos trabajando. Por supuesto, tomamos precauciones para reducir los riesgos; por ejemplo, realizamos nuestras actividades durante el día y evitamos circular por carreteras peligrosas o zonas de alto riesgo”.

La Iglesia en Nigeria ha realizado un importante esfuerzo para incluir a los niños en las festividades espirituales. En todas las diócesis del país, Infancia Misionera ha organizado actividades dirigidas específicamente a los niños, destacando su papel vital en la vida y la misión de la Iglesia. El lema “Somos misioneros de la Esperanza” ha querido ser un llamamiento a cada niño a reconocer su papel como misionero e hijo amado de Dios, brindando esperanza a quienes desesperan. Las celebraciones nacionales fueron espiritualmente enriquecedoras y educativas.

En toda Nigeria, a nivel diocesano se organizaron grandes peregrinaciones, que han reunido a un gran número de niños, que han participado en sus momentos de oración, canto y formación. Siempre buscando que experimenten la belleza y la universalidad de la fe católica. Los niños, en estos diversos encuentros, oraron por la paz, la unidad en la Iglesia y, especialmente, por otros niños del mundo que sufren a causa de los conflictos, la pobreza y la falta de educación.

Otro componente de la celebración del Jubileo a nivel nacional fueron los “Concursos de Preguntas sobre Jóvenes Santos”, elaborados por las Obras Misionales Pontificias de Nigeria. Los niños han podido conocer figuras como Santo Domingo Savio, Santa María Goretti, el Beato Carlo Acutis y San José Sánchez del Río. Estos santos, que dedicaron su corta vida a Jesús de forma extraordinaria, están sirviendo como ejemplos vivos de santidad para los pequeños miembros de Infancia Misionera.

Se han organizado además retiros y sesiones de catequesis para que los niños comprendan la importancia del Año Jubilar, teniendo como hilo conductor los temas de la misericordia y la misión, de manera que ellos puedan ser misioneros en sus escuelas, hogares y parroquias. Han sido muchas las actividades: juegos, exhibiciones culturales, obras de teatro, festivales de música e incluso homenajes a los abuelos como el tenido en la Parroquia de Santa María en Anambra.

En diócesis como Lagos, Katsina o Abakaliki, se ha recordado que el compromiso de la Infancia Misionera es ayudar a otros niños en todo el mundo y hacerles tomar conciencia de la universalidad de la Iglesia y de la pobreza, tanto espiritual como material, de tantos niños en todas las partes del mundo. El mensaje de Infancia Misionera en Nigeria en este Año Jubilar es claro: los niños no son solo el futuro de la Iglesia; son el presente. Su entusiasmo, fe y sencillez son dones para toda la Iglesia.

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