Los misioneros y todo cristiano, “gente de primavera”

  • On 7 de febrero de 2025

OMPRESS-ROMA (7-02-25) Se acaba de hacer público –fechado en la fiesta de la Conversión de San Pablo–, el Mensaje del Papa Francisco para el Domund, la Jornada Mundial de las Misiones de este año jubilar 2025. Recoge en él pinceladas e intuiciones misioneras que retoman su enseñanza sobre la nueva etapa evangelizadora de la Iglesia que tanto ha impulsado el Pontífice.

Además de proponer el lema que orientará la jornada y la campaña del Domund del próximo 19 de octubre, “Misioneros de esperanza entre los pueblos”, el Papa propone reflexionar sobre “algunos aspectos relevantes de la identidad misionera cristiana”. Una identidad que parte de mantener la mirada en Cristo, el cumplimiento de la salvación para todos. “Él es el divino Misionero de la esperanza, modelo supremo de todos aquellos que, a lo largo de los siglos, llevan adelante la misión recibida de Dios, incluso en las pruebas extremas”. Cristo, añade el Papa Francisco, “continúa su ministerio de esperanza para la humanidad por medio de sus discípulos, enviados a todos los pueblos y acompañados místicamente por Él; también hoy sigue inclinándose ante cada persona pobre, afligida, desesperada y oprimida por el mal, para derramar sobre sus heridas el aceite del consuelo y el vino de la esperanza”.

“Pienso particularmente en ustedes, misioneros y misioneras ad gentes, que, siguiendo la llamada divina, han ido a otras naciones para dar a conocer el amor de Dios en Cristo. ¡Gracias de corazón! Sus vidas son una respuesta concreta al mandato de Cristo resucitado, que ha enviado a sus discípulos a evangelizar a todos los pueblos”. Los misioneros, insiste el Papa, “señalan la vocación universal de los bautizados a ser, con la fuerza del Espíritu Santo y el compromiso cotidiano, entre los pueblos, misioneros de esa inmensa esperanza que nos concede Jesús, el Señor”.

Una vocación y una misión que surgen de renovar en cada bautizado “la espiritualidad pascual, que vivimos en cada celebración eucarística y sobre todo en el Triduo Pascual, centro y culmen del año litúrgico. Hemos sido bautizados en la muerte y resurrección redentora de Cristo, en la Pascua del Señor, que marca la eterna primavera de la historia. Somos entonces ‘gente de primavera’, con una mirada siempre llena de esperanza para compartir con todos”. Y añadía: “Los misioneros de esperanza son hombres y mujeres de oración, porque ‘la persona que espera es una persona que reza’, como decía el venerable cardenal Van Thuan, que mantuvo viva la esperanza en la larga tribulación de la cárcel gracias a la fuerza que recibía de la oración perseverante y de la Eucaristía”. Al rezar explica este mensaje para el próximo Domund, “mantenemos encendida la llama de la esperanza que Dios encendió en nosotros, para que se convierta en una gran hoguera, que ilumine y dé calor a todos los que están alrededor, también con acciones y gestos concretos inspirados por esa misma oración”.

Junto a la oración el Papa también recuerda que “la evangelización es siempre un proceso comunitario”. Sobre todo ahora, porque “en la sociedad moderna, la pertenencia a la Iglesia no es nunca una realidad adquirida de una vez por todas. Por eso, la acción misionera de transmitir y formar una fe madura en Cristo es «el paradigma de toda obra de la Iglesia» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 15), una obra que requiere comunión de oración y de acción. Sigo insistiendo sobre esta sinodalidad misionera de la Iglesia, como también sobre el servicio de las Obras Misionales Pontificias en promover la responsabilidad misionera de los bautizados y sostener a las nuevas Iglesias particulares. Y los exhorto a todos ustedes —niños, jóvenes, adultos, ancianos—, a participar activamente en la común misión evangelizadora con el testimonio de sus vidas y con la oración, con sus sacrificios y su generosidad. Por esto, ¡gracias de corazón!”.

Comparte esta noticia en: