Los mártires que no abandonaron a los que amaban
- On 5 de febrero de 2018
OMPRESS-ARGELIA (5-02-18) “Nuestra iglesia está feliz”, así comienza el comunicado de los cuatro obispos de Argelia, hecho público en Argel el pasado 27 de enero. “El Papa Francisco”, señalan, “acaba de autorizar la firma del decreto de beatificación del ‘Obispo Pierre Claverie y sus 18 compañeras y compañeros’. Se nos concede la gracia de recordar a nuestros diecinueve hermanos y hermanas como mártires, es decir, (según el significado de esta palabra), testigos del mayor amor, el de dar la propia vida por los que amamos”.
Entre estos 18 mártires “compañeros” de Mons. Claverie se encuentran los siete monjes trapenses de Tibhirine, el padre Henri Vergès y la hermana Hèlene Saint-Raymond, las Agustinas Misioneras españolas Esther Paniagua Alonso y Caridad Álvarez Martín, los cuatro Padres Blancos de Tizi Ouzou y otras dos religiosas.
Como dicen los obispos argelinos: “Ante el peligro de una muerte que era omnipresente en el país, ellos hicieron la elección, a riesgo de su vida, de vivir hasta el final los lazos de hermandad y amistad que habían forjado con sus hermanos y hermanas argelinos por amor. Los lazos de fraternidad y amistad han sido más fuertes que el miedo a la muerte”.
“Son los testigos de una fraternidad sin fronteras”, señalan los obispos, “de un amor que no hace diferencias”. Por eso han recordado en su mensaje a todos los que murieron en aquel decenio terrible, en los años noventa, a todos aquellos que fueron fieles a su Dios, a su país y leales a su conciencia. “Entre ellos recordamos a los 99 imanes que perdieron su vida por haber rechazado justificar la violencia. Pensamos en los intelectuales, escritores, periodistas, hombres de ciencia o de arte, miembros de las fuerzas del orden, pero también en los miles de padres y madres de familia, humildes anónimos, que rechazaron obedecer las órdenes de los grupos armados. Muchos niños que perdieron la vida por la misma violencia”.
Para los 19 mártires estaba claro que “cuando amas a alguien no lo abandonas en el momento de la prueba. Este es el milagro diario de la amistad y de la fraternidad. Muchos de nosotros los hemos conocido y hemos vivido con ellos. Hoy su vida les pertenece a todos. En adelante nos acompañarán como peregrinos de la amistad y la fraternidad universal”.