Los jesuitas en Centroamérica piden que no se derrame más sangre en Nicaragua

  • On 1 de junio de 2018

OMPRESS-NICARAGUA (1-06-18) Ayer jueves, Rolando Alvarado, provincial jesuita de Centro América, y Roberto Jaramillo, presidente de la Conferencia de Provinciales de Jesuitas de América Latina y el Caribe hacían público un comunicado, en el que se pronuncian sobre la situación en Nicaragua y piden que no se derrame más sangre.

“La situación es crítica”, dicen en el comunicado. “El gobierno de Daniel Ortega y su señora Rosario Murillo ha ido cooptando todos los poderes del Estado, y el pueblo nicaragüense, ante esa falta de democracia, ha estallado en protestas populares”.

“Hasta ahora hay 76 los muertos, varios jóvenes desaparecidos, centenares de heridos y muchas personas encarceladas como resultado de la cruel represión cometida a través de fuerzas de choque paramilitares afines al gobierno y por los destacamentos antimotines de la policía”. Todo esto, señalan los superiores jesuitas, refleja “la vocación antidemocrática y autoritaria de la pareja presidencial y de los seguidores del aparato gubernamental y político”.

Hacían referencia al reciente informe de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos que ha revelando “graves violaciones a los derechos humanos caracterizadas por un uso excesivo de la fuerza pública y de terceros armados para reprimir las protestas”.

La Conferencia Episcopal Nicaragüense aceptó la solicitud del gobierno de hacer de mediadora y testigo en una “mesa de diálogo”. Sin embargo, “el gobierno de Ortega y Murillo se mostró evasivo y mentiroso diciendo una cosa en las conversaciones (transmitido por medios y redes sociales) y haciendo otra: continuó reprimiendo al pueblo que expresaba pacífica y legítimamente su inconformidad”.

Ante esta situación, los obispos decidieron suspender las sesiones de la mesa y, además, “denunciaron las amenazas y ataques a miembros de la Conferencia Episcopal, en especial a Monseñor Silvio Báez, y a sacerdotes y religiosas que han estado auxiliando y apoyando humanitariamente a las víctimas de la represión”.

Cuentan también, cómo “se atacó a la universidad jesuita -UCA- con actos vandálicos para asustar a directivos, docentes y funcionarios, se tiró a matar (y de hecho murió un joven), se golpeó y apresó a más de veinte universitarios de la UNI (Universidad Pública de Ingeniería)”. Este miércoles, 30 de mayo, se volvió a reprimir con violencia las manifestaciones y “fueron millares las personas que se refugiaron en la UCA, cuyas autoridades abrieron sus accesos ante los disparos a los manifestantes provenientes de francotiradores y el ataque de las ‘fuerzas parapoliciales’ afines del gobierno. Hubo dos personas asesinadas entre los manifestantes y se atendieron numerosos heridos. Impactantes han sido las imágenes del ataque a la población indefensa que celebra y protesta pacíficamente”.

Por todo esto, los jesuitas “condenamos esa injustificada y brutal agresión a manifestantes que reclaman pacíficamente democracia, transparencia y justicia; expresamos nuestra solidaridad y compromiso con las víctimas y familiares de esta cruel represión; ratificamos nuestro total respaldo a la comunidad universitaria de la UCA que, fiel a su lema ‘solo la verdad los hará libres’, se ha sumado al clamor de justicia y democracia de la gran mayoría de los nicaragüenses, en particular de las juventudes y a su Rector el P. José Idiáquez”.

“¡No hay que esperar a que más sangre sea derramada y no hay solución que no pase por el diálogo y la concertación!”. Y terminan recordando que “la paz verdadera se construye entre todos con verdad, transparencia y participación lo más amplia posible. Ella es fruto del encuentro entre la verdad y la justicia, garantía de libertad y reconciliación verdaderas”.

 

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