Los entrañables catequistas de Midabini
- On 5 de diciembre de 2024
OMPRESS-TANZANIA (5-12-24) El padre Miguel Ángel Lozano es misionero en Midabini, en el norte de Tanzania. Este sacerdote de Toledo, que lleva en la diócesis de Arusha 30 años conviviendo con las poblaciones tradicionales, ha escrito para contar dos pequeñas y sencillas historias de su misión. Miguel Ángel apareció hace poco en el programa de Misioneros por el Mundo, el programa de TRECE y Obras Misionales Pontificias. Como en muchos otros lugares de misión, los catequistas en Midabini son impulsores de la evangelización, con su entrega y su amor a Dios. Así lo cuenta Miguel Ángel:
“El domingo pasado celebramos algo muy bonito: la Parroquia homenajeó a sus nueve Catequistas que asisten los cinco pueblos (dos mujeres y siete hombres) en el día de su Santo Patrón San Francisco Javier. Dirigieron la Liturgia, el coro, hicieron una preciosa homilía preparada por ellos precisando y defendiendo su vocación en la Iglesia, y la gente les aplaudió a rabiar. En las misiones estos humildes catequistas son la piedra angular de la Iglesia y colaboradores del misionero. Están y llegan allí donde no llegamos. Preparan catecúmenos, enseñan en las escuelas, orientan las comunidades de base y dirigen la oración del domingo allí donde el misionero no puede llegar.
En general son gentes sencillas, sin estudios, preparados en cursillos internos de formación y sin pagos, solo reciben unas pagas pequeñas mensuales que les dan para comprar jabón para el mes. Son una Legión a nivel diocesano. Estos hombres y mujeres son el sostén y guardianes de la fe a nivel familiar, escolar y comunitario. Merecen todo el agradecimiento, apoyo y calor humano que se les pueda dar. A veces pienso que son los rudos y analfabetos pescadores en los que Jesús se apoyó para guardar y extender sus enseñanzas dando sus vidas por ellas. El domingo fue eso, al final lo expliqué: una evidencia de que la Iglesia, el Reino de Dios, se apoya en los últimos y no en los primeros. Ellos no se lo creen, pero esta es la realidad de la acción del Espíritu Santo, que trabaja y se manifiesta en orzas de barro”.
La segunda historia la ha titulado “Una pequeña piedra rueda y mueve montañas”. Cuenta que también ocurrió el domingo pasado: “En la vecina Escuela Primaria hay un campo de fútbol donde juegan niños y mayores. Nunca han tenido unas porterías en condiciones, de madera o metálicas. Los amigos que nos visitaron en noviembre decidieron ayudarles financiando unas porterías metálicas para mayores, otras para niños en otro campo vecino y unos aros para las niñas. El domingo por la tarde todo eso funcionó a la vez y era un espectáculo nuevo para los jugadores y espectadores. Los mayores habían invitado a los jóvenes del pueblo vecino y competían vestidos con los equipamientos que los amigos españoles les habían dejado. Sus comentarios eran: ‘Padre, esto sí que es ahora un campo y un equipo de verdad’; ‘así vamos a competir todos los domingos’, ‘vamos a ser la envidia de los demás pueblos’, ‘todos van a querer jugar aquí’… Me acordaba de los amigos que pasaron sin ruidos e hicieron de Reyes Magos aportando su granito de arena que se convertirá en playas arenosas. Gracias, amigos, por vuestro granito”.