Los catequistas, una vocación, que también será un ministerio

  • On 6 de mayo de 2021

OMPRESS-ROMA (6-05-21) La Santa Sede ha anunciado que el próximo martes 11 de mayo se presentará el texto del Motu proprio “Antiquum ministerium”, con el que el Papa Francisco instituirá el ministerio del catequista, porque “Ser catequista es una vocación: ser catequista, esta es la vocación, no trabajar de catequista”. Estas palabras las dijo en su video mensaje a los participantes en el Congreso Internacional organizado en septiembre de 2018 por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. En aquel mensaje habló de que la llamada a ser catequista debe asumir “cada vez más una forma de servicio que se lleva a cabo en la comunidad cristiana” y, por ello, “ha de ser reconocida “como un ministerio de la Iglesia, verdadero y genuino, que necesitamos mucho”.

En América, Asia y sobre todo en África la labor de los catequistas nativos es inestimable, por la cercanía al pueblo de Dios en su vida cotidiana y por cómo plantan y cultivan la semilla de la fe, por enseñar a rezar a los más pequeños y vivir con coherencia a los mayores. En muchas Iglesias su labor evangelizadora es la base y fundamento del crecimiento de la comunidad cristiana. El número de catequistas en el mundo alcanza los 3.076.624, según datos del año 2018, una verdadera fuerza de “primer anuncio”, como decía el Papa en aquel mensaje.

Es por ello que una parte importante de los subsidios enviados por la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe a las diócesis y vicariatos de misión vayan destinados a ellos. Si se toma al azar uno de los 517 territorios ayudados por las Obras Misionales Pontificias en África, por ejemplo, Fianarantsoa, en Madagascar, se ve que el año pasado se les hizo llegar 26.000 dólares destinados a sus catequistas, nada menos que 1.312 catequistas “normales” y 144 a tiempo completo, para su formación, libros, material y gastos de desplazamiento. En Asía, un ejemplo es el vicariato apostólico de Savannakhet, en Laos, con más de un centenar de catequistas, 65 de ellos a tiempo completo 1.500, a los que se ha enviado 11.000 dólares.

Como decía el Papa Juan Pablo II en su exhortación apostólica “Catechesi tradendae”: “el título de «catequista» se aplica por excelencia a los catequistas de tierras de misión. Habiendo nacido en familias ya cristianas o habiéndose convertido un día al cristianismo e instruidos por los misioneros o por otros catequistas, consagran luego su vida, durante largos años, a catequizar a los niños y adultos de sus países. Sin ellos no se habrían edificado Iglesias hoy día florecientes”.

 

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