Las Iglesias de Colombia y Ecuador unidas en la misión pastoral de frontera
- On 5 de junio de 2023
OMPRESS-COLOMBIA (5-06-23) La diócesis de Pasto ha acogido el encuentro de las ocho jurisdicciones eclesiásticas que forman frontera entre Colombia y Ecuador, junto a miembros de sus equipos de pastoral social, así como a representantes de la Red Clamor y de la Comisión Católica Internacional de Migraciones. El convocante de este encuentro, que tuvo lugar los días 24 y 25 de mayo, ha sido el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
Sus objetivos: profundizar sobre temas asociados a la situación migratoria actual en la región, conocer la respuesta que se ha dado desde ambas conferencias episcopales ante las diferentes necesidades de los migrantes y definir acciones conjuntas que permitan fortalecer la misión de la Iglesia en este sentido.
Por parte colombiana estaban presentes las diócesis de Pasto, Ipiales, Tumaco, Popayán y Cali; y en el caso de Ecuador, los Vicariatos Apostólicos de Esmeraldas y San Miguel de Sucumbíos, y la diócesis de Tulcán. Contaron además con la presencia del Nuncio Apostólico en Ecuador, Mons. Andrés Carrascosa, y por un representante de la Nunciatura Apostólica en Colombia.
Se trata de desarrollar, de manera integrada, una pastoral de fronteras que haga más integral y efectiva la presencia de la Iglesia en esta realidad de la migración, desde la acogida, la integración y la protección. Frente a problemáticas sociales como la de la xenofobia, surgió la necesidad de fortalecer la vocación del voluntariado de los laicos para el apoyo a los migrantes en las diferentes jurisdicciones.
En noviembre del año pasado las Conferencias Episcopales de Colombia y Venezuela aunaban esfuerzos para hacer frente a la crisis migratoria que obligaba a huir a tantas familias y atravesar la región del Urabá Darién, para dirigirse hacia el norte por el Istmo centroamericano. Es el conocido infierno del Darién, decían los obispos, “por las situaciones de enfermedad, robos, violaciones, accidentes, y explotación por parte de quienes ven una oportunidad de grandes ganancias económicas, sin ningún control institucional local y nacional”. Las diócesis por donde pasan los emigrantes hacen todo lo que está en su mano por prestarles ayuda, por lo que la coordinación resulta esencial. Se trata de salvaguardar “rutas seguras de tránsito, ordenadas, informadas, reguladas y que respeten los derechos humanos”.