Las Benedictinas Misioneras de Manila

  • On 27 de abril de 2020

OMPRESS-FILIPINAS (27-04-20) En primera línea de la lucha contra el Covid-19 en su país, estas hermanas dirigen dos hospitales y 10 escuelas y, en la situación actual, incluso acogen a familias con niños que no tienen donde pasar la cuarentena. A diario salen a repartir comida entre los más pobres en Manila, pero tras repartir las 500 bolsas de comida que ellas mismas han preparado, vuelven a casa frustradas, porque no es suficiente para la gente necesitada que se encuentran.

Cada día de este retiro obligado al propio convento en la comunidad de las Hermanas Benedictinas Misioneras en Manilas se ha rezado el rosario, para que se sumara todo el vecindario. En la puerta de entrada de su convento, sirviéndose de altavoces, para que los vecinos pudieran unirse, las avemarías han resonado día tras día. La vida comunitaria de las hermanas del priorato no se ha alterado tanto, excepto que hay menos hermanas que faltan, porque no tienen que estar en los colegios, en los hospitales o en la Universidad. No así las que trabajan en los hospitales. En Filipinas esta congregación cuenta con 162 hermanas, 23 en este convento de Manila que se encuentra en el campus del colegio importante que dirigen, el St. Scholastica’s College.

En Filipinas se permiten misas en los conventos, por los que las hermanas pueden asistir a misa diariamente, observando el distanciamiento social. La congregación también alberga a 18 personas, dos familias y siete personas, en Tuluyan ni San Benito, un refugio para personas sin hogar. Debido al encierro, no pueden volver a las calles donde pasan la mayor parte del día, buscando restos que puedan reciclarse. La hermana Theodora Bilosura es la coordinadora del proyecto de Tuluyan, aunque el cierre le impide ir hasta la sede de este refugio, pero son seis voluntarios laicos, los que mantienen el lugar funcionando de manera eficaz. Para conseguirles comida, el personal, con pases de cuarentena, se turna para ir a un mercado cercano.

A esta congregación pertenecía la hermana María Gratia Balagot, fallecida por coronavirus en Madrid en los últimos días de marzo. Superiora de la comunidad misionera de la India, había venido a España unos días antes de fallecer para lograr un visado que le permitiera continuar en la India. Desgraciadamente el 22 de marzo fue ingresada con pneumonía y dio positivo por coronavirus. Sus hermanas de Congregación en Corea, Filipinas, Tanzania, Uganda, Kenia, Namibia, Brasil e India, han estado durante todos estos días en primera línea en sus hospitales y clínicas.

 

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