Las 400 “Mission schools” de Malasia
- On 5 de octubre de 2023
OMPRESS-MALASIA (5-10-23) Los colegios católicos de Malasia tienen una urgente necesidad de profesores que den continuidad a más de un siglo de historia. La aportación de estos centros educativos para el progreso de la sociedad malaya en las últimas décadas ha sido inestimable, como verdadero motor de promoción social.
En la actualidad son 419 las “Mission schools”. Algunos de estos colegios y escuelas se remontan a la llegada de los primeros misioneros al país hace más de un siglo y medio. En la Malasia peninsular hay 192, en Sabah y Sarawak, las dos grandes provincias malayas en el norte de la isla de Borneo, cuentan con 100 y 127 escuelas respectivamente. El reconocimiento a los misioneros que las fundaron se encuentra incluso en el organismo que coordina las actividades de todas ellas y las representa, la Federación de Escuelas Misioneras Cristianas de Malasia.
Los 25 delegados que se sientan en esta Federación han expresado su preocupación por el número cada vez menor de maestros y profesores cristianos en este país de mayoría musulmana. Como expresaban a finales de septiembre, resulta fundamental para continuar una tradición ya más que secular y aportar riqueza cultural a la sociedad malaya que los directores de estos colegios sean educadores cristianos. De hecho solo 229 escuelas de las 419 cuentan con directores cristianos.
Como explicaba la Federación, cada año es mayor el número de maestros cristianos que se jubilan que el de las nuevas incorporaciones, informaba el Herald Malaysia. Se ha puesto en marcha un programa para impulsar y animar a los jóvenes cristianos a seguir la docencia como vocación y responder al llamado de Dios para ellos en el campo misionero de la educación. Para este impulso ha sido muy importante la reflexión sobre el mensaje de la JMJ de Lisboa. Como decía el Papa Francisco a los jóvenes universitarios de la Universidad Católica Portuguesa, los títulos universitarios no pueden ser vistos “como una licencia para construir el bienestar personal, no, sino como un mandato para dedicarse a una sociedad más justa, una sociedad más inclusiva, es decir, más desarrollada”.