La vocación de un joven agustino recoleto chino
- On 26 de abril de 2024
OMPRESS-CHINA (26-04-24) Los agustinos recoletos comparten el testimonio de uno de sus religiosos, Francisco Ma Chaoshang. Este agustino recoleto, nacido en China y formado durante 14 años en España, cuenta su vocación y cómo lleva adelante su sacerdocio en su país natal, además de dar interesantes consejos para vivir un sacerdocio feliz.
“El camino de mi vocación ha sido bastante misterioso”, cuenta este joven sacerdote chino, que no pensó en la vocación sacerdotal hasta que un franciscano llegó a su pueblo. “Mi tío era dirigente laico en la parroquia y le animó a preguntarme si yo quería ser sacerdote. No sé por qué, en aquel momento respondí que sí sin dudar”, cuenta Francisco. Comenzó entonces a participar más en la misa y a fijarse en lo que decía y hacía el párroco, “una persona humilde y llena de amor”, recuerda, que “predicaba el Evangelio, oficiaba los sacramentos, invitaba a los fieles a convertirse y salvar sus almas… Era muy querido y respetado por los cristianos, e incluso por los no cristianos. Su estilo de vida me llamaba la atención y me gustaba”. Finalmente entró en el Seminario Menor de Xi’an, en la diócesis de Zhouzhi. De allí pasaría al Seminario Mayor y más tarde descubriría su vocación a ser agustino recoleto.
Así llegó en febrero de 2004 a España de la mano de los Agustinos Recoletos, donde se formó, hizo su profesión solemne (2012), fue ordenado diácono (2012) y sacerdote (2013). Francisco cuenta que “estos casi catorce años de vida, estudios y formación religiosa y sacerdotal en España no fueron fáciles; tuve que lidiar con la soledad de la lejanía de mi familia, con la adaptación a la comida y a las costumbres, con el esfuerzo de comprensión hacia personas de muchas otras nacionalidades y lenguas, con la superación del choque de la comunicación, las culturas, las costumbres y pensamientos…”. Da las gracias a la Orden a la que pertenece “por su acogida, su cuidado, la educación y formación que me ha brindado, por todo el bien que me ha hecho a mí y a mi familia mientras estuve en España”. Y también da las gracias por su actual destino en China, donde puede ahora “servir a la Orden y a la Iglesia con más posibilidades y de una manera mejor, siempre con una mirada sobre la universalidad de la Iglesia”.
Regresó a China en 2017. Los dos primeros años estuvo en la comunidad religiosa agustino-recoleta de Shangqiu (Henan), donde servía en una parroquia, en la administración de los sacramentos, en la catequesis, en la formación del coro, del lectorado y acolitado, etc. También echaba una mano a la comunidad de las Misioneras Agustinas Recoletas en Shangqiu para los retiros y ejercicios espirituales. Y, por último, era profesor invitado en el Seminario Mayor de Shaanxi y cada semestre tenía que dar allí algunas clases intensivas.
A partir de 2019 pasó a ocuparse fundamentalmente de la formación de futuros sacerdotes, da clases en el Seminario Menor de Latín y de Fe, ciencia y razón y en el Seminario Mayor de Teología Fundamental, Teología de la Revelación y Antropología Teológica. También, como profesor invitado, cada semestre doy clases intensivas en el Seminario de Sheshan, en Shanghái.
Tras diez años de vida sacerdotal, Francisco, para quienes están en un proceso de discernimiento vocacional, tiene algunos consejos. El primero establecer “una relación personal con Dios, puesto que la vocación, al fin y al cabo, es una cuestión entre tú y Dios”. Recuerda también que “el sacerdocio es un servicio. Y el servicio tendrá sentido y dará frutos en cuanto se hace con amor, con caridad”. También sugiere cultivar “intereses y gustos personales, como la música, el deporte, el arte, etc. Tu tiempo libre es importantísimo y en él debes evitar muchas influencias negativas; pon especial atención a no crearte una adicción a Internet y al móvil”. Francisco añade: “Disfruta del silencio y de la soledad, vive en paz contigo mismo. En el silencio y la soledad se capta con más facilidad y se cumple mejor la voluntad de Dios”. Recuerda también que “aunque es difícil encontrar la amistad verdadera, hay que esforzarse hasta encontrar buenos maestros y amigos útiles con quienes compartir tu vida y caminar juntos. Solos, a lo mejor, podemos caminar más rápido; pero en grupo podrás llegar mucho más lejos”.
La entrevista completa se puede leer en la página de los agustinos recoletos.