La Vida por la Amazonía: la hermana Inés Arango
- On 19 de septiembre de 2025
OMPRESS-ECUADOR (19-09-25) Este pasado lunes 15 de septiembre se presentaba durante la asamblea del Vicariato Apostólico de Aguarico, en Ecuador, un documental sobre la vida de la misionera Inés Arango, en proceso de beatificación, que recoge la vida, misión y legado de esta religiosa en la Amazonía.
Con el título “La Vida por la Amazonía: Inés Arango”, es el noveno capítulo de esta serie, “La Vida por la Amazonía”, impulsada por la Red Eclesial Panamazónica, REPAM, y SIGNIS ALC, la Asociación Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación. Recogen la vida de testigos misioneros que fueron testimonio vivo de la presencia de Dios en la Amazonía. Figuras como la religiosa peruana Agustina Rivas –la hermana Aguchita–, de la comunidad del Buen Pastor, que desarrollaba su misión pastoral junto al pueblo ashaninka en la selva central del Perú y fue asesinada por los terroristas de Sendero Luminoso, el 27 de septiembre de 1990. O la hermana Cleusa Carolina Rody Coelho, Misionera Agustina Recoleta, que entregó su vida por la causa indígena, en el margen del Río Paciá, en Brasil, el 28 de abril de 1985. O Mons. Alejandro Labaka, que falleció con la hermana Inés.
La hermana Inés Arango Velásquez había nacido en Medellín, Colombia, el 6 de abril de 1937. Tras entrar en la Congregación de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, fundada por el valenciano Luis Amigó y Ferrer, se dedicó a la enseñanza. En 1977, fue destinada a Nuevo Rocafuerte, en el Vicariato Apostólico de Aguarico, en Ecuador, donde trabajó en el hospital, al mismo tiempo que se dedicó a la evangelización de varias comunidades indígenas a orillas del río Napo, junto a los misioneros capuchinos Alejandro Labaka y Manuel Amunárriz. En 1987 fue destinada a Coca, donde se dedicó a la evangelización de los Huaorani. Fue entonces cuando se unió a Mons. Labaka en su esfuerzo por llegar hasta los indígenas tagaeri, en peligro de ser exterminados por las empresas petroleras amenazaban con entrar en el territorio indígena. Ambos, a pesar de conocer el riesgo que suponía entrar en contacto con una tribu hostil, se hicieron llevar en helicóptero a un lugar previamente acordado. Los dos fueron alanceados y sus cuerpos se encontraron junto a una gran choza cuando el helicóptero del ejército ecuatoriano fue a buscarlos al día siguiente.
El martirio de Inés y Alejandro marcó la historia de los misioneros que han vivido y trabajado en este rincón de Ecuador. Un rincón que fue confiado a los capuchinos en 1953 cuando se creó la Prefectura Apostólica de Napo, el actual Vicariato Apostólico de Aguarico, uno de los ocho territorios de misión de Ecuador. Comenzó entonces una historia misionera marcada por las continuas llegadas de capuchinos españoles y de varias congregaciones femeninas que se sumaron a la tarea misionera.
Por eso ha sido un verdadero homenaje a la hermana Inés que comenzara la asamblea de este Vicariato Apostólico recordando a la hermana Inés. “Su ejemplo alimenta el espíritu de aquellos que hoy en día conducen un trabajo en el seno de la iglesia amazónica, que aboga por el cuidado de los pueblos, la preservación de la vida y el territorio y el cuidado de la Casa Común”, señalan desde el Vicariato.