La Unión de Enfermos Misioneros en la misión de la diócesis argentina de Concordia

OMPRESS-ARGENTINA (7-01-25) La diócesis argentina de Concordia está llevando a cabo su misión diocesana hasta este próximo 13 de enero. Una práctica tradicional en esta diócesis, en la que se hará misión en parroquias en la ciudad cabecera de la diócesis. En esta misión estarán muy presentes los Enfermos Misioneros. Es la “Misión de verano”, puesto que ahora en Argentina viven esta estación.

La Misa de envío tuvo lugar el pasado domingo 5 de enero, presidida por el padre Nicolás Frigo, director diocesano de las Obras Misionales Pontificias en la diócesis de Concordia, y contó con la presencia de 200 misioneros que recorrerán en estos días el territorio de las ocho parroquias. Visitarán hogares y familias para transmitirles la alegría de la fe. Tendrán encuentros de niños, jóvenes y adultos, momentos de oración comunitaria, procesiones por los barrios y visitas a los hogares de ancianos. Como explicaba el padre Frigo: “La misión es compartir la fe, la alegría de ser cristiano, ser una presencia de caridad, de amor fraterno. La presencia del misionero lleva la presencia de Jesús, el misionero es como un embajador de Jesús”.

En esta diócesis argentina hace muchos años que se organizan misiones diocesanas, siempre muy ligadas a las Obras Misionales Pontificias. Se empezó con animadores de Infancia Misionera, pero, tomando conciencia de que todo cristiano es misionero, se fue ampliando a jóvenes, adultos y a ancianos y enfermos. Así fue como en el marco de la primera Jornada Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores, convocada por el papa Francisco, en el año 2021 se presentó la Unión de Enfermos y Ancianos Misioneros (UEAM). Ha sido una oportunidad para que los fieles que, por la enfermedad o su edad avanzada, están en una situación de especial fragilidad, vivieran su vocación misionera por medio de la oración y el ofrecimiento de sus vidas.

En esta misión diocesana de Concordia, 200 miembros de esta Unión estarán muy presentes y cercanos, pidiendo a Dios por los frutos de la misma, conscientes de que la oración es la que sostiene, anima y hace fructífera toda actividad misionera.