La situación en Cabo Delgado empeora
- On 19 de febrero de 2024
OMPRESS-MOZAMBIQUE (19-02-24) Una nueva ola de violencia sacude la provincia mozambiqueña de Cabo Delgado. El Papa Francisco hacía referencia al ataque a la Parroquia Nuestra Señora de África Mazeze, que arrasó la rectoría, la iglesia y las oficinas, de esta misión de la diócesis de Pemba.
“La violencia contra las personas indefensas, la destrucción de infraestructuras y la inseguridad han vuelto a proliferar en la provincia de Cabo Delgado (Mozambique)”, decía el Papa ayer en el Ángelus, “donde en los últimos días se ha incendiado también la misión católica de Nuestra Señora de África, en Mazeze. Recemos, para que la paz vuelva a esa región atormentada. Y no olvidemos tantos otros conflictos que ensangrientan el continente africano y muchas partes del mundo: también Europa, Palestina, Ucrania…”. Y añadía: “No olvidemos: la guerra es una derrota, siempre. En todas partes donde se combate las poblaciones están agotadas, están cansadas de la guerra, que como siempre es inútil e inconcluyente, y sólo traerá muerte, sólo destrucción, y nunca traerá solución a los problemas. En cambio, recemos sin cansarnos, porque la oración es eficaz, y pidamos al Señor el don de mentes y corazones que se dediquen concretamente a la paz”.
El ataque a la misión se produjo el lunes, 12 de febrero, cuando entraron y tomaron el pueblo de Posto Mazeze. Atacaron diversas estructuras, como el ayuntamiento, el centro de salud y la escuela local. También atacaron y destruyeron edificios de la misión, especialmente la rectoría, la iglesia y la oficina parroquial, sin que hubiera víctimas, según informó el padre Salvador María Rodrigues de Brito, sacerdote misionero brasileño.
En la zona se han intensificado los ataques terroristas a varias aldeas, con la destrucción de casas, iglesias y mezquitas y sigue aumentando el número de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el conflicto ya ha dejado alrededor de 4.000 muertos y un millón de desplazados.