La misionera irlandesa que cuidó al Papa Francisco
- On 10 de enero de 2019
OMPRESS-IRLANDA (10-01-19) La hermana Oliva María, una misionera irlandesa, de las Hermanitas de la Asunción, fue enviada a Argentina en 1923. Estaba en el barrio de Flores, en diciembre de 1936, cuando la familia Bergoglio esperaba su primer hijo, Jorge Mario, el actual Papa Francisco, cuando la familia solicitó ayuda a las Hermanitas. La hermana Oliva María cuidó durante una semana a la madre y al recién nacido.
El Papa Francisco recordó a las Hermanitas de la Asunción en el prólogo al libro “Il Vangelo guancia a guancia” (El Evangelio mejilla a mejilla) publicado en marzo de 2018 sobre la vida del padre Pernet, que fundó esta congregación con Antoinette Face: “Tengo muchos recuerdos vinculados a estas religiosas que, como ángeles silenciosos entran a los hogares de los necesitados, trabajan con paciencia, cuidan, ayudan y luego regresan en silencio a su convento. Siguen su regla, oran y luego salen para ir a los hogares de los que tienen dificultades”, escribía el Papa. Durante toda su vida siguió en contacto con estas religiosas, que ayudarían a la familia Bergoglio en otros momentos.
“Mi padre y mi madre nos hablaban sobre las Hermanitas”, contaba el Papa. “Solían ir a las casas donde había una mujer que necesitaba ayuda con las tareas domésticas, preparaban a los niños para ir a la escuela, etc… una mujer pobre que no podía pagar por esta ayuda. Como sirvientas, pobres sirvientas que siempre me causaban una profunda impresión…”. Como Arzobispo de Buenos Aires celebraría en 2010 la celebración del centenario de la llegada de las Hermanitas de la Asunción a Argentina.
La de la hermana que cuidó al pequeño Mario es una de las anécdotas que recoge el libro “The Legacy of Irish Missionaries Lives On” (El legado de los misioneros irlandeses sigue vivo), escrito por Matt Moran, y que ilustra “los lugares remotos a los que llegaron los misioneros irlandeses, la naturaleza diversa de su labor, y el apoyo que proporcionaron a pobres y marginados”. La labor de estos misioneros sigue adelante y la continúan los misioneros indígenas, que heredaron su amor al Evangelio y a los más necesitados.
En cuanto a la hermana Oliva María – este era su nombre como religiosa – se llamaba Susan Cusak y nació el 1 de enero de 1889 en la parroquia de Crosserlough, en el condado de Cavan, cerca de la frontera con el Ulster, donde vivían sus padres Philip y Ellen, que tenían una pequeña granja, donde criaron a sus seis hijos. Susan se hizo religiosa en 1909 y, tras profesar, fue enviada a Sudamérica. Murió en 1975 y sus restos reposan en la Buenos Aires natal del Papa Francisco.