La misionera Encarnita Cámara desde Aboke, Uganda

  • On 4 de julio de 2018

OMPRESS-UGANDA (4-07-18) La misionera comboniana Encarnita Cámara cuenta el día a día en su misión de Aboke, al norte de Uganda, una misión en la que las misioneras combonianas llevan trabajando desde 1956.

“Queridos amigos y amigas. Desde la misión de Aboke, en Uganda, deseo compartir con vosotros algo de lo que vamos viviendo aquí en la misión. He empezado una nueva actividad con los ancianos y ancianas, os explico en qué consiste:

Como sabéis los mayores son respetados y queridos en esta sociedad africana; sin embargo ante las muchas necesidades básicas que las familias tienen: comida; matrículas escolares; médicos y medicinas, muchas veces les es imposible atender debidamente a los abuelos. Las condiciones en las que viven algunos ancianos son pésimas; las cabañas son viejas y les llueve dentro; no tienen servicios; sufren enfermedades que no curan por falta de medios y otras muchas penalidades. Nosotras Misioneras solemos ayudarlos con algo de comida cada mes. Sin embargo creo que se merecen vivir más dignamente los últimos años de sus vidas y vamos a intentar que así sea.

Santorina, por ejemplo, se rompió la cadera y como la familia no podía pagar los gastos, estaba siempre tumbada en el suelo. La hemos ayudado a ir al médico y ahora se puede sentar y esperamos que poco a poco empiece a caminar.

A Clementina, le hemos construido una cabaña nueva y el servicio que se ve al fondo. ¡Todo un lujo para ella! Vivía en una cabaña sin puerta y le llovía dentro. Cuando tenía necesidad de ir al servicio iba a casa de su hijo que está algo lejos…

En la foto me está explicando que venía de trabajar en el trocito de campo que tiene y que cuando recoja las alubias me dará unas pocas para que las envíe a quienes les han ayudado sin conocerla y me dijo: “porque deben ser muy buenas personas, ¿verdad?”. Es una anciana muy simpática. También hace escobas y las vende para no molestar a sus hijos que tienen muchos gastos, según ella.

Las dos escuelas de primaria que están cerca de la misión son muy pobres; no tienen los requisitos necesarios para poder ayudar a los alumnos a formarse adecuadamente y los alumnos tampoco pueden comprar lo que necesitan.

Les hemos empezado a ayudar y hasta ahora hemos comprado algunos libros y mapas, solo a los cursos de los más mayores. Nunca han tenido libros de texto, por lo tanto los niños y niñas están felices con esta ayuda que están recibiendo.

Una de las jóvenes mamás, Jacky, y su niña Gilda que tiene las piernas llenas de granos infectados, ahora se encuentra mejor pero nos ha costado mucho tiempo y dinero conseguir que le vaya desapareciendo la infección. En tratamientos médicos solemos usar mucho dinero e incluso así, a veces no conseguimos buenos resultados.

Emmanuel, el niño de Brenda, tenía cuatro años; se enfermó de malaria y como cada día estaba peor, lo llevamos a varios hospitales e hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance y que la chica y su familia nunca hubieran podido hacer por falta de medios económicos. Cuando Brenda, que es una de las jóvenes mamás, volvió de la escuela profesional, para las vacaciones, encontró que su niño ya ni se mantenía de pie, hasta que un día me llamó para decirme que el niño había muerto.

El grupo de las jóvenes mamás sigue con la formación. Unas van a la ciudad de Lira para los cursos profesionales y otras siguen en el poblado esperando ir también a hacer los cursos que las capaciten a tener una profesión. Una de las jóvenes ha terminado ya el curso de peluquería; vamos a construirle la peluquería y equiparla para que pueda seguir sola adelante.

En la parroquia tenemos 60 capillas que llevan adelante los catequistas; éstos se ocupan de las necesidades de la población a todos los niveles. Generalmente la formación de los catequistas la tenemos aquí en el centro, una vez al mes, pero a veces los visitamos por zonas.

Deseo que tengáis unas buenas vacaciones de verano; aquí ahora empieza el segundo trimestre escolar y es el tiempo de las lluvias, así que la gente está feliz de ver crecer lo que han plantado y que si Dios quiere les dará frutos para poder tener una vida más llevadera. Un abrazo con cariño”.

 

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