OMPRESS-SEVILLA (23-09-22) Es lo que manifestaba ayer el arzobispo de Sevilla, Mons. José Ángel Saiz Meneses, al grupo de animadores y voluntarias que colaboran con la Delegación de Misiones y las Obras Misionales Pontificias en la archidiócesis sevillana, en su visita a la misma delegación. En un encuentro que duró más de dos horas, Mons. Saiz Meneses, tuvo oportunidad de conocer el entusiasmo y la pasión de la misión de los más de 20 colaboradores que están detrás de las jornadas misioneras y de las actividades de animación que jalonan todo el año.

El arzobispo de Sevilla recalcó a los presentes que la misión ad gentes es el latir del corazón de la Iglesia. La misión ad gentes no es una parte no es una parte de la labor de la Iglesia, sino la misma Iglesia que es misionera. Forma parte de su esencia. Por eso, aunque hay otras actuaciones o desvelos de la Iglesia que se pueden circunscribir a un momento o a una circunstancia, la misión tiene que latir siempre. Pidió tanto al delegado de misiones, Eduardo Martín Clemens, como a cada uno de los presentes, que se animara a todas las zonas y vicarías pastorales a tener en cuenta esta realidad, de manera que esté presente en toda la vida de la Iglesia. Animó a que el lanzamiento de la campaña del Domund, ya cercana, no solo se hiciera en un barrio de la capital sevillana, sino que llegara también a otras partes de la extensa archidiócesis.

El encuentro finalizó con una oración a la Reina de las misiones y un recuerdo muy especial por los misioneros y misioneras sevillanos repartidos por los cinco continentes. Y tanto Mons. Saiz Meneses como el resto de participantes se vieron sorprendidos por la tuna de la Facultad de Económicas de la Universidad de Sevilla que, en la misma calle y con su música, puso un agradable punto final a este encuentro fraterno.