La llegada a la misión: “Por fin en San José Joca”
- On 3 de octubre de 2025
OMPRESS-REPÚBLICA DOMINICANA (3-10-25) María Ángeles Valios y José María Sanz, un matrimonio de la diócesis de Alcalá que pertenece a OCASHA-Laicado Misionero, por fin han llegado a su destino misionero el Centro educativo San José Joca, de la Diócesis de San Juan de la Maguana, en la Cordillera Central de la República Dominicana, cerca de la frontera con Haití. Fueron enviados a la misión por su querida diócesis de Alcalá el 23 de junio en una hermosa ceremonia. Desde entonces han ido transmitiendo sus experiencias a la Delegación de Misiones de Alcalá y a todos los que les apoyan con su oración. Es su “Diario de San Juan de la Maguana”. Esta es la última entrada de este diario, escrita el pasado 13 de septiembre:
“Llevamos tres semanas en el Centro Educativo San José Joca y no está siendo fácil. Nos han dejado sin tener un proceso de acompañamiento previo para conocer el funcionamiento del internado, como estaba previsto, y hay que gestionar muchas cosas que desconocemos totalmente, tanto del sistema educativo dominicano como de gestión del internado. Llegar al Centro educativo ya ha sido como hacer una carrera de obstáculos. Por tres veces, por diferentes motivos, se tuvo que posponer la subida al internado durante el mes de agosto.
También asistimos al II Congreso internacional de Matrimonio y Familia, que tuvo lugar en Santiago de los Caballeros los días 16 y 17 de agosto. Con el lema «Fuente de amor y esperanza» se dieron cita cientos de matrimonios de todas las Diócesis de República Dominicana. Nuestro obispo de San Juan de la Maguana es el presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Familiar y nos dijo que no podíamos perder esta oportunidad de asistir a este Congreso que se convoca cada dos años. Fue una experiencia bonita, compartir el autobús con otros matrimonios de la diócesis. El desarrollo del congreso fue bien interesante, tanto las ponencias, los debates, como los testimonios. Muy bien ambiente, muy organizado y, sobre todo, salimos con buenos aprendizajes y muy esperanzados al ver la apuesta que desde la Comisión de Familias quieren hacer por dinamizar la Pastoral Familiar. En el Congreso se recalcó la importancia de que en las parroquias hay que saber acompañar a las familias, porque la familia es el primer pilar de evangelización.
Y llegó al fin el día de poder subir al Centro, a tan solo dos días de empezar las clases. A mitad de camino, la camioneta se averió. Es muy viejita y tiene muchos kilómetros y mucho trote encima. Menos mal que fue justo antes de tener que usar la doble tracción y en el único lugar del camino donde hay un punto de internet para poder avisar. Dios no nos desampara. Estuvimos esperando tres horas hasta que mandaran otra camioneta y poder terminar nuestro recorrido. Os puedo asegurar que el camino para llegar al Centro es bien difícil y llegas con el cuerpo todo maltrecho. Son dos horas de camino de montaña que están destrozados por la lluvia. Eso sí, el paisaje es precioso y ahora que estamos en época de lluvias mucho más. El Centro Educativo está situado en medio de montañas y muy aislado. Para conducir por estos caminos se necesita mucha experiencia, de la cual carecemos. Así que de momento no nos atrevemos a manejar la camioneta. Además estamos en época de lluvias y cuando llueve no se puede transitar por ellos.
Para este curso escolar están matriculados en el centro cerca de cien alumnos, pero el Centro solo tiene capacidad actualmente para alojar en régimen de internado (de lunes a viernes) a 75 alumnos, en tres dormitorios, dos para varones y uno para las chicas. Además hay un dormitorio para maestros y otro para las maestras. Así que el primer día de clase se tuvo que decir a los alumnos que viven en las comunidades más cercanas que se fueran a dormir a sus casas y a otros alumnos que no cumplen la edad se les tuvo que decir que no se pueden matricular porque no hay espacio para dormir. Aquí se imparte clases desde tercero de primaria hasta cuarto de secundaria, no tenemos autorización para dar el primer ciclo de primaria. Hay un gran déficit educativo en estas zonas de montaña, porque los profesores de las escuelitas de Primaria apenas aparecen por ellas y los alumnos no aprenden, los van pasando de curso y pueden llegar a sexto de primaria sin estar alfabetizados. Por eso quieren entrar en el Centro aunque no tengan la edad. Otros alumnos no tienen escuelitas cerca y no están escolarizados. Así que tenemos un abanico amplio de edades: desde los ocho o nueve años hasta veintiuno.
Estamos en manos del Señor que nos ha enviado a esta tierra de misión y con su ayuda que nos sostiene, vamos resolviendo situaciones que se nos presentan cada día.
No es fácil, por el desconocimiento de muchas cosas y porque además los alumnos vienen muy rebeldes después del verano. No quieren cumplir las normas de convivencia del internado y nos están tomando el pulso todos los días. Pero ahí estamos, tratando de encauzar tanta rebeldía.
Nos reconforta saber que contamos con la oración de muchas personas. Mil gracias. Os deseamos un buen comienzo de curso pastoral. Unidos en la oración”.