La Iglesia, un faro de luz que aporta esperanza

  • On 15 de septiembre de 2025

OMPRESS-PERÚ (15-09-25) La Delegación de Misiones de Oviedo comparte la comunicación enviada por el misionero laico asturiano Alfonso Pombo, desde el Vicariato Apostólico de San José del Amazonas, en la selva peruana. Alfonso quiso unirse a la celebración del Día del Misionero Diocesano celebrado por la diócesis en agosto.

“Estimados amigos de la Diócesis de Oviedo. Para mí es muy especial dirigiros este saludo en el Día de la Misión Diocesana. Como dice el papa León XIV, durante muchos años misionero en el Perú, la Iglesia debe hacerse presente en el mundo, saliendo de sí misma para anunciar el Evangelio y abrazar a todos con los brazos abiertos.

Eso es lo que humildemente intentamos hacer en este pequeño rincón de la Amazonía peruana que es el puesto de misión de Tacsha-Curaray, a orillas del río Napo, perteneciente al Vicariato Apostólico San José del Amazonas. Una presencia de Iglesia sencilla, accesible y que crea lazos de amistad y confianza. Es desde ahí donde podemos servir a la población acompañando su vida de fe y sus penas y alegrías cotidianas.

Como bien sabéis, en la Amazonía se juega buena parte del futuro del planeta. El egoísmo y la rapiña están esquilmando un ecosistema del que depende la estabilidad climática de la Tierra. Con ello también se priva a las poblaciones originarias de su territorio y su manera de vida ancestral.

En medio de esta situación, la Iglesia pretende ser un faro de luz que aporte esperanza. Una esperanza que nace de la fe en un Dios que está vivo y nos acompaña en nuestro caminar. En ese sentido, la Iglesia asturiana siempre ha demostrado su compromiso con la misión (Burundi, Benín, Guatemala, Perú…) han sido algunos de los países donde sacerdotes, laicos y laicas han ejercido su encomiable labor misionera en nombre de nuestra diócesis, acompañando situaciones de dolor, pobreza e injusticia.

Pero esta labor no sería posible sin el apoyo de los fieles y parroquias asturianas que año a año se sienten comprometidas a unirse a esta labor misionera con su oración y su colaboración. Una manera de dar respuesta a la vocación a la misión a la que todos los seguidores de Jesús estamos llamados.

Por mi parte quiero agradeceros todo vuestro apoyo en este año y poco que ya llevamos por estas tierras. Seguiréis teniendo noticias nuestras y podéis contar con nuestra oración.

Que la Santina nos acompañe siempre en nuestro caminar y el ejemplo de San Melchor de Quirós y tantos otros misioneros y misioneras, nos anime a anunciar la Buena Nueva de Jesús allá donde Él nos envíe”.

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