OMPRESS-BANGLADESH (9-03-23) El pasado 4 de marzo, una explosión en una planta siderúrgica en la región de Chattogram, en el sureste de Bangladesh, dejaba tras de sí 7 muertos y más de 30 heridos. La archidiócesis de Chattogram se ha volcado en ayudarlos. Los católicos son solo 50.000 en medio de 20 millones de habitantes. Según la hermana salesiana Zita Rema, directora de la Oficina para Migrantes de la archidiócesis de Chattogram, cerca de 5.000 migrantes internos católicos trabajan en diferentes empleos de riesgo en las fábricas de la región.

Desde la archidiócesis han intervenido en ayuda de las víctimas de la explosión de una fábrica de acero el pasado sábado. El desastre, que causó al menos siete muertos y más de treinta heridos, se produjo en la planta de oxígeno de la acería Sheema en la ciudad industrial de Sitakunda (en el distrito de Chattogram). Entre las víctimas se encuentran dos católicos de la etnia garo, según informó a UCA News la hermana Zita Rema. La religiosa explicaba que Chattogram, conocida en Occidente como Chittagong, es la segunda ciudad más poblada y tiene el puerto más grande de Bangladesh. En ella viven varios miles de migrantes internos de diferentes regiones, incluidos varios cientos de católicos. “Ayudamos a los heridos en el hospital ofreciéndoles supervisión médica y dinero. Ayudamos además a transportar los cuerpos de las víctimas a sus familias”, continúa la hermana. También se han puesto en contacto con los dueños de la fábrica y el gobierno para concertar el pago de ayuda económica a las familias de las víctimas.

Cerca de 5.000 migrantes internos católicos, en su mayoría de minorías étnicas, trabajan en diversos empleos de riesgo en fábricas de Chattogram, como en la industria de desguace de barcos, en acerías y plantas de oxígeno. A lo largo de los años, la Iglesia local ha brindado asistencia pastoral y ha visitado las fábricas locales para mejorar su seguridad y el respeto de sus derechos.

Las explosiones mortales en fábricas no son nada nuevo en Bangladesh y, a menudo, son causadas por condiciones de trabajo inseguras y normas de seguridad deficientes. De hecho, un día después de la explosión en Sitakunda, tres personas más murieron en una explosión en un edificio comercial en Dhaka. El 4 de junio de 2022, un contenedor que transportaba peróxido de hidrógeno también explotó tras un incendio en un depósito de contenedores, causando al menos 50 muertos y varios cientos de heridos.