La Iglesia de Burkina Faso celebra 125 años del inicio de la evangelización
- On 17 de marzo de 2025
OMPRESS-BURKINA FASO (17-03-25) La fecha emblemática elegida por la Iglesia de Burkina Faso para su fundación es enero de 1900. Fue en ese mes cuando los Misioneros de África, los Padres Blancos, celebraron la primera misa en el territorio que ocupa este país. Tres años después llegaba un misionero de esta misma congregación, Joanny Thévenoud, considerado el padre de la Iglesia burkinesa.
Este misionero de los Padres Blancos, nacido en 1878 y ordenado sacerdote en Túnez en julio de 1903, llegaba a Uagadugú el 11 de noviembre de ese mismo año. En seguida hizo vínculos con los jefes Moosi de la zona y abrió una escuela. El 15 de agosto de 1905 se bautizaban los diez primeros catecúmenos, y a partir de ese año empezaron a ser numerosos los bautismos. Su labor va más allá de la estrictamente misionera y, en 1915, dirige la construcción de la primera presa del país. Impulsa la plantación de árboles y la agricultura, abre talleres de formación doméstica y cristiana de niñas. En 1921 se crea el vicariato apostólico de Alto Volta, y el 1 de mayo de 1922 es ordenado obispo, el primero del país. En 1924 construye el primer seminario menor. Crea una fábrica de ladrillos y sigue impulsando la creación de granjas y los avances agrícolas. En 1927, junto a la fundación de la Acción Católica, crea una hilandería y un taller de carpintería. En 1930 funda la congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción. En 1936 se consagra la Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, la primera de Burkina Faso.
El 2 de mayo de 1942 logra uno de sus grandes sueños, ordenar los tres primeros sacerdotes nativos. Uno de ellos, Paul Zoungrana, le sucederá como obispo y llegará a ser cardenal. El 16 de septiembre de 1949 moría en su querida Uagadugú. Sus restos reposan en la catedral.
Desde la Iglesia francesa tan vinculada a la de Burkina Faso han recordado estos 125 años agradeciendo a los diversos sacerdotes burkineses que han servido en las diócesis de Francia. Uno de ellos es el padre Omer Paré, sacerdote Fidei Donum en varias parroquias de la diócesis de Amiens durante seis años, de 2016 a 2022. El sacerdote, entrevistado por las Obras Misionales Pontificias de Francia, ha valorado mucho “el compromiso de los laicos y la buena organización de la atención pastoral. Encontré muchos laicos comprometidos y gracias a ellos encontramos un cierto dinamismo en las parroquias y sectores. Los laicos en todos los frentes: catecismo, duelo, sesiones matrimoniales, sacristías, acogida y permanencia en las casas parroquiales, liturgia, retiros de profesión de fe… Su compromiso me ha fortalecido en mi fe”. Agradece también la hospitalidad que recibió en Amiens: “Siempre me sentí bienvenido entre las familias, incluso durante la pandemia. Es muy conmovedor y las palabras no serán suficientes para expresarles mi gratitud”.
A su vuelta a Burkina Faso, en 2022, su pueblo natal fue atacado por terroristas. Quemaron el ayuntamiento, escuelas, tiendas y comercios… Todos los funcionarios estatales huyeron. Se cerró la administración y todas las escuelas. El pueblo que había tenido más de 6.000 habitantes quedó vacío. Sus padres y todos los que pudieron, huyeron. El padre Omer no pudo llegar nunca a su pueblo y fue asignado a la catedral de Dédougou. Ante la tragedia acogió en su casa a 43 niños de su pueblo y de los pueblos vecinos, para salvar no solo su seguridad física, sino también su año escolar: “Están conmigo y viven todos juntos en un pequeño patio familiar afrontando muchos retos: los costes de la atención, la escolarización, la alimentación… He conseguido matricularlos a todos en la escuela, el instituto y la universidad. Todos obtuvieron buenos resultados académicos…”. Y para ayudarles y apoyar a esos niños desplazados ha contado con la ayuda de sus amigos de Amiens y de la Picardía francesa, que le han hecho llegar hasta tres contenedores con ropa, zapatos, bicicletas, material escolar, leche…