La devoción a San Antonio en Sri Lanka
- On 1 de julio de 2024
OMPRESS-SRI LANKA (1-07-24) Los católicos de este país, la antigua Ceilán, han tenido desde el inicio de la evangelización una profunda devoción al santo portugués. Es cierto que la evangelización les llegó por Portugal pero fueron sacerdotes misioneros indios los que más impulsaron esta devoción. Y es que más de 100 iglesias y santuarios están dedicados a San Antonio de Padua o de Lisboa, según se quiera, por su vinculación tanto a Portugal como a Italia.
En la archidiócesis de Colombo está la Iglesia de San Antonio en Kochchikade, cubierta por la Arquidiócesis de Colombo, una Iglesia construida en el siglo XIX sobre una anterior, es un santuario nacional y es la más famosa entre las más de 100 iglesias y santuarios católicos dedicados al santo en las 12 diócesis de esta nación insular.
Si bien la fiesta de San Antonio cae el 13 de junio, los santuarios albergan peregrinaciones anuales durante todo el mes de junio no dejan de llegar miles de devotos cristianos, pero también budistas, hindúes y musulmanes. Muchos fieles distribuyen bollos, el famoso pan de San Antonio, y comida entre los necesitados, además de hacer donaciones y caridad. Todo como parte de la devoción al santo que tanto hacía por los pobres y necesitados.
Quizá fue la popularidad de esta Iglesia de San Antonio en Kochchikade la que la convirtió en el objetivo de los mortíferos atentados suicidas que sacudieron Sri Lanka el domingo de Pascua de 2019. Los terroristas suicidas atacaron aquel día tres iglesias y tres hoteles de lujo, dejando 279 muertos y más de medio millar de heridos. En San Antonio murieron 54 fieles. Aquel fue el peor ataque contra los cristianos en un país que había soportado una guerra civil que duró décadas y que terminó en 2009. En la iglesia hay una placa que recoge los nombres de aquellas 54 víctimas.
Como explicaba la agencia católica UCA News, si bien Antonio es un nombre cristiano muy conocido, varias calles, escuelas y tiendas también llevan el nombre del santo. El santo se ha convertido en parte de la identidad cultural de los católicos de Sri Lanka y, en zonas de mayoría católica como Negombo, las estatuas de San Antonio son comunes en las esquinas de las calles.
El gran apóstol de Sri Lanka fue el sacerdote misionero indio San José Vaz, que tras la ocupación holandesa de la isla y la consecuente persecución de los católicos no dudó en vivir disfrazado entre los campesinos, mientras evangelizaba y administraba los sacramentos. San José Vaz levantó un pequeño local de culto que atraía tanto a católicos como a personas de otras confesiones. La leyenda dice que el lugar fue atacado y saqueado. Se llevaron todo menos una pequeña estatua de madera de San Antonio de 13 centímetros, que los aldeanos escondieron en una olla de arroz. El santuario de San Antonio en Kochchikade nació gracias a otro sacerdote misionero indio, el padre Antonio Kochchial, que también llegó a Sri Lanka durante el dominio holandés junto con Joseph Vaz. Él se disfrazaba no de campesino sino de comerciante. Vivía con una familia de pescadores en donde estaba el mercado de pescado de la ciudad y allí fue donde construyó una capilla de barro a la orilla del mar para honrar a San Antonio de Padua, su santo patrono, a la que se llevó la pequeña imagen de San Antonio.