La desgracia de cerrar dos grandes campos de refugiados en Kenia
- On 13 de abril de 2021
OMPRESS-KENIA (13-04-21) Los obispos de Kenia han pedido al gobierno que mantenga abiertos los campos de refugiados. Los campos de Dadaab y Kakuma albergan a 410.000 personas, en su mayoría somalíes, y un pequeño número de sursudaneses. Instan al gobierno a abandonar sus planes de cerrar los dos campos de refugiados ubicados en el norte del país.
El llamamiento de los obispos se produjo tras la orden del gobierno keniata a la Agencia de la ONU para los Refugiados de cerrar los campos de refugiados de Dadaab y Kakuma en un plazo de 14 días. “Es muy desafortunado y lamentable que la intención de las autoridades de Kenia de cerrar los campos de refugiados de Dadaab y Kakuma en un período de tiempo tan corto se produzca en un momento en que estas personas necesitan ayuda”, decía Mons. Philip Anyolo, presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia. “Es el momento de brindar protección y acoger a los más vulnerables de nuestra sociedad”. Además de que revocase esta decisión, pedía que aumentara la seguridad de los refugiados y los tratara con los cuidados que exige la situación actual de pandemia.
Kenia hizo pública por primera vez su intención de cerrar el complejo del campo de refugiados de Dadaab en 2016, tras las acusaciones, por parte de las autoridades, de que los campos se habían convertido en una cantera de reclutamiento para al-Shabab, la filial de al-Qaida en Somalia. Ya entonces la Iglesia católica pidió al gobierno que reconsiderase su decisión, aunque reconocían su preocupación por la seguridad nacional. La vuelta de cientos de miles de refugiados en 2016, como ocurriría ahora, habría tenido consecuencias humanitarias catastróficas. Aunque el Tribunal Supremo de Kenia ha impedido temporalmente el cierre, los analistas dicen que la controversia de los campos persistirá mientras Kenia y Somalia se involucran en una disputa fronteriza marítima en la Corte Internacional de Justicia.
Mons. Anyolo explicaba que acoger a los refugiados ha sido un gesto bueno, necesario y humano, apoyando a los más vulnerables de la sociedad. “El retorno forzado de los refugiados a Somalia, donde todavía hay inseguridad y ataques contra civiles, conducirá a un mayor sufrimiento de mujeres y niños vulnerables”, señalaba, pidiendo un enfoque integral del complejo problema de los refugiados en Kenia.