OMPRESS-MÉXICO (19-01-24) El pasado martes 16 de enero, tenía lugar la apertura de los 50 años de las Obras Misionales Pontificias. Un jubileo que marca la unificación en este país de las cuatro Obras en una sola institución al servicio de la animación misionera en las diócesis mexicanas.

El acto de apertura, al que siguió la celebración eucarística, estuvo presidido por el Nuncio de Su Santidad en México, Mons. Joseph Spiteri, junto a Mons. José Armando Álvarez Cano, obispo de Tampico y responsable de la sección de evangelización en la Conferencia Episcopal Mexicana. Fue el director nacional de las Obras Misionales Pontificias en el país, Antonio de Jesús Mascorro Tristán, quien hizo una exposición del camino y la labor de animación e impulso misionero de este medio siglo.

Una historia que tiene como antecedentes el nombramiento, en 1931 del padre Rafael Vallejo del Consejo de Propaganda Fide en México, y la apertura de las oficinas del Consejo Nacional de la Obra de la Propagación de la Fe (el Domund) en la Parroquia del Sagrado Corazón, ubicada en calle Roma número 14, en lo que fue el Distrito Federal, ahora conocido como Ciudad de México. Del 11 al 15 de noviembre de 1942 tenía lugar el Primer Congreso Nacional Misionero en la Archidiócesis de Guadalajara. Tres años después, en 1945, el episcopado mexicano aprueba el proyecto de fundación del Seminario de Misiones, que abriría sus puertas, con la aprobación del Papa Pío XII, como Seminario Mexicano de Misiones Extranjeras el 7 de octubre de 1949. Cada una de las Obras que constituirían las OMP de México siguió su camino hasta la unificación de 1974, cuyo jubileo se celebra ahora.