Infancia Misionera en Kenia: comprar wimbi y maíz

  • On 25 de marzo de 2025

OMPRESS-KENIA (25-03-25) Han sido 31.000 dólares los enviados por Infancia Misionera a la diócesis de Kisii, en Kenia, en la zona más al este del país junto al Lago Victoria. La mayor parte de esta suma ha ido destinada a programas de alimentación para niños, que son los que más sufren la “inseguridad alimentaria”. Una expresión técnica que esconde la realidad de no tener asegurado el comer más de una vez al día.

Las últimas sequías han hecho que esta “inseguridad alimentaria” la padezcan siete de cada diez familias, y que casi la misma cantidad sufran desnutrición. Kisii depende de la agricultura de secano que conlleva que las sequías cíclicas, que se padecen en el este de Kenia, afecten de manera directa a las familias más vulnerables. Es esta situación la que ha llevado a la Obra Pontificia de la Infancia Misionera a respaldar cinco proyectos de alimentación en cinco parroquias de la diócesis. No se trata sino de poner en práctica directamente el lema de la última campaña de Infancia Misionera, “comparto lo que tengo”.

Mons. Joseph Mairura Okemwa ha enviado las facturas y gastos de cada uno de estos proyectos. Una delicadeza que muestra el cariño con el que se ha gastado el dinero destinado a los niños. En el caso de la Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Ichuni, se han adquirido 10 garrafas de aceite para cocinar, 6 sacos de harina, 30 sacos de judías, otros 30 de maíz y los mismos de wimbi. El wimbi es un cereal desconocido para los europeos que aguanta muy bien las sequías y que se utiliza sobre todo para papillas para los pequeños. Esta adquisición de alimentos va destinada a los niños que acuden al colegio de la parroquia, donde se les da una comida al mediodía. Mons. Okemwa agradece a cada uno de los donantes, también a los pequeños misioneros que han aportando su “hucha del compartir” –aquí se puede ver el último diseño–, para todos pide la bendición de Dios.

Una parte más pequeña de esta suma ha ido destinada a un programa de ayuda a los niños más vulnerables de la diócesis para que terminen sus estudios. Muchos de ellos acababan abandonándolos por no tener material escolar o porque sus padres no podían pagar las ínfimas cuotas escolares. La diócesis de Kisii en estas parroquias suple estos pequeños gastos identificando a aquellos alumnos que corren peligro de dejar sus estudios por estas pequeñas dificultades. Las niñas y niños ayudados este año han sido más de un centenar y medio. La situación se vuelve más difícil tanto para los programas alimentarios como en los de ayuda al estudio cuando se trata de huérfanos del sida, que viven con sus abuelos u otros familiares.

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