Imágenes de la misión en Chad, lo que ve un misionero
- On 14 de febrero de 2025
OMPRESS-CHAD (14-02-25) El misionero javeriano Antonio Serrano Insausti comparte pequeñas imágenes y visiones de su misión en Chad. Personas que colaboran con la misión, momentos compartiendo el pan, viajes por caminos, y un recuerdo de Santa Josefina Bakhita que, aunque nacida en Sudán, tiene algo de chadiana.
“El otro misionero que está conmigo ha sufrido una crisis de malaria y he tenido que sustituirle siguiendo los dos grupos de preparación para el bautismo que quedaban”, cuenta Antonio. “Una paliza por el calor que está haciendo, pero bien recompensada por la noche: al aire libre, bajo un impresionante cielo estrellado, compartiendo la parábola del padre misericordioso (Lucas 15, 11-32) con más de 100 personas escuchando en completo silencio. Un placer”.
También hay algunas sombras: “Cena bajo las estrellas en casa de un catequista. Estamos alrededor de una mesa de un metro de lado y comiendo con la mano, por supuesto, nueve adultos, un niño, dos gatos y un perro, todos varones (bueno, los gatos no sé porque es de noche), ya que las mujeres comen aparte. La cantidad es escasa para tantos, pero esa fraternidad sienta bien. Terminada la cena, surge el debate por la elección del nuevo responsable de la comunidad cristiana. Actualmente el cargo recae en una mujer, cosa excepcional viendo el panorama social, pero no tanto el eclesial: en este sector son 160 mujeres y 20 hombres, y de entre estos sospechamos que la mitad se ha quedado con dinero de la comunidad. A mi entender la responsable se está portando genial, opinión que no todos comparten: ‘el hombre es la cabeza y la mujer se tiene que someter. Basta de mujeres responsables’. Tengo la sensación de haber dado un paso atrás de 100 años. El 27 de febrero serán las elecciones, os tendré al corriente”.
“Hoy es el día de santa Josefina Bakhita”, cuenta el misionero el 8 de febrero. “Nacida en un pueblo de Sudán a 13 kilómetros de la frontera con Chad y con la mitad de su etnia en este país por lo que la consideramos casi nuestra. Cuando tenía 7 años los traficantes de personas la atraparon y la vendieron como esclava y así fue pasando de un patrón a otro hasta que entró al servicio de la familia del cónsul italiano, quien le propuso irse con ellos a Italia, donde fue bautizada y se hizo monja. Ella decía que su vida había sido mucho más Tabor (el monte de la transfiguración) que Gólgota (el de la crucifixión), a pesar de que cuando murió descubrieron en su cuerpo 144 cicatrices, la mayoría del tiempo que pasó como esclava. Por ella se celebra hoy el Día Mundial contra la Trata de Personas”.
Cuenta que “esta semana he recorrido 150 kilómetros y en ruta no me he cruzado con ningún vehículo, solo bicis y alguna moto. Estamos bien lejos del mundo «civilizado»”. Y presenta la imagen de uno de esos laicos que son los verdaderos cimientos de la Iglesia. “Elie es una perla rara. Honrado (se le puede confiar el dinero sabiendo que no se va a perder), generoso (todos los años da un saco de arroz a la parroquia y otro a los misioneros), y con curiosidad intelectual (busca cursos para seguir aprendiendo y cultivarse). Si tiene un defecto es precisamente que se viene abajo enseguida cuando es testigo de alguna doblez o de algún caso de corrupción. Se gana la vida como maestro comunitario (es decir recibe de los padres de los alumnos unos 20 euros al mes) y por supuesto trabajando la tierra. Durante mis vacaciones él y otro javeriano han gestionado el dinero de la parroquia de forma precisa y transparente. Hay pocas personas como él en este ambiente, donde la pobreza empuja a buscar lo que sea como sea”.