He sido feliz en el desierto
- On 3 de abril de 2024
OMPRESS-NÍGER (3-04-24) La hermana Ria aprendió a vivir en una tienda entre los nómadas del desierto de Níger. Hermanita de Jesús, ha vivido como Charles de Foucauld, el santo que inspiró esta fundación. Las Hermanitas de Jesús nacieron en 1939 con la profesión religiosa de la hermanita Magdalena de Jesús, precisamente en Níger. El misionero Rafael Marco ha compartido desde este país el testimonio de vida de la hermana Ria.
“Tenía 31 años cuando llegué a Níger. Fui acogida por una Iglesia muy fraterna; éramos una comunidad pequeña, minoritaria pero muy viva y dinámica. Los sacerdotes y religiosos vivían con la gente de forma natural. Estábamos muy unidos ejerciendo lo que nuestro padre obispo Berlier llamaba ‘el apostolado de la estera’. La prioridad era aprender la lengua y mezclarse con el pueblo, acercarse a los pobres y a los pequeños.
Nosotras, hermanitas de Jesús, contemplativas en medio del mundo, aportamos una presencia de amistad. Mi primer destino fue el pueblo ‘toubou’, un pueblo orgulloso y temido. Allí es donde inicié mi vida misionera en un desierto de arenas blancas después de tres días de viaje desde Niamey. Nuestro objetivo no era convertir sino ser testigos del amor de Cristo compartiendo las condiciones de vida de la gente, aprendiendo su lengua y cultura…
Bajo las tiendas aprendimos a tejer las esteras, a majar el mijo, a buscar leña o agua con las mujeres y unos burritos, a cuidar del rebaño, abrevar las cabras, aprender a llevar la carga sobre la cabeza, visitar a los enfermos, celebrar bautizos y bodas…
En 1996 me enviaron cerca de Agadez con los nómadas tuareg. Allí aprendí el ‘tamachek’, su lengua. Juntos vivimos varias hambrunas. Había que sobrevivir y con la gente estudiamos la manera de desarrollar su artesanía para evitar la emigración.
He sido feliz en el desierto con este pueblo nómada que me formó a vivir con poco y a compartirlo todo. Nuestra vocación no era la de ‘¿Qué tengo que hacer?’ sino la de ‘Ser, ser un signo de la ternura de Dios, un signo de oración y de amistad…’. Nuestra hermanita Madeleine nos decía: ‘Permaneced serenas y en paz dentro de las tensiones del mundo. Sed una sonrisa en esta sociedad’”.