Haití, una nación que se hunde en la desesperanza

  • On 24 de junio de 2025

OMPRESS-HAITÍ (24-06-25) Los religiosos redentoristas llevan 96 años al lado del pueblo de Haití, acompañándolo en situaciones terribles como terremotos, inundaciones y golpes de Estado. Pero la situación que se vive actualmente de pobreza, hambre e inseguridad es excepcional. Un misionero redentorista ofrece su testimonio. En la publicación Scala News de la congregación, el padre Renold Antoine, C.Ss.R., habla de desesperanza, de sufrimiento y de dolor.

“En medio de este Año Jubilar dedicado a la Esperanza, es profundamente triste ver cómo una nación entera se hunde en la desesperación, con su población atrapada entre la despreocupación de su gobierno, la violencia incesante de las bandas criminales y la indiferencia de la comunidad internacional. Haití, la primera república negra independiente de la historia, considerada en su día la ‘Perla de las Antillas’, se hunde cada vez más en el caos y se aleja aún más del concierto de las naciones. Esta situación está causando desencanto, desesperación y resignación en el país.

De hecho, tras haber llegado al poder hace más de un año y sin ninguna legitimidad popular, el Consejo Presidencial de Transición, actualmente liderado por el Sr. Fritz Alphonse Jean, y su gobierno, encabezado por el Sr. Alix Didier Fils-Aime, son incapaces de aunar esfuerzos para rescatar al país del abismo, porque sus ambiciones personales y partidistas eclipsan el clamor de un pueblo que está de rodillas.

En esta situación desesperada, caracterizada por la inestabilidad, que afecta a Puerto Príncipe y sus alrededores, asistimos a un preocupante aumento diario de los desplazamientos internos de población a gran escala. Esta violencia generalizada incluye violencia sexual, secuestros, saqueos, bloqueos de carreteras, así como un creciente número de ataques a hospitales, escuelas y otras infraestructuras sociales esenciales.

Sin embargo, el sufrimiento y el dolor del pueblo haitiano son también los de la Iglesia en Haití. Porque, al igual que el pueblo, la Iglesia local está perdiendo muchas de sus escuelas, parroquias y hospitales, y algunos de sus miembros incluso están siendo secuestrados y asesinados. A pesar de la complejidad de la situación, como Iglesia, seguimos animando a la población a no desesperarse ni desanimarse. Nunca es demasiado tarde. Es hora de un despertar nacional para salvar al país de todos los males que lo han asolado durante décadas.

Por eso, desde nuestra responsabilidad religiosa y moral, seguimos pidiendo el fin de la violencia para iniciar una nueva era en el país. Por ello, una vez más, hacemos un llamamiento a todos, en particular:

A las autoridades estatales: Las invitamos a mostrar patriotismo, dejando de lado sus egos y trabajando por el bien común en lugar de servir a sus propios intereses y a los de sus partidos políticos. Restablezcan el orden y la paz.

A la comunidad internacional: en lugar de aislarnos, por favor, cumplan sus promesas y compromisos para ayudar al país a salir de esta espiral de violencia.

A los grupos criminales que matan, saquean y violan: por el amor de Dios, depongan las armas. Esta violencia no conduce a ninguna parte. ‘¡Recuerden que con la guerra todo está perdido! Hoy su pueblo anhela un futuro mejor, que requiere reconciliación y paz’ (Discurso del Santo Padre Francisco durante el retiro espiritual de los líderes de Sudán del Sur en el Vaticano, 11 de abril de 2019).

A los medios de comunicación les invitamos a combatir la desinformación y la polarización. Que no inciten a la guerra, ni inciten sentimientos de odio u hostilidad, ni inviten a la violencia ni al derramamiento de sangre. En otras palabras, los invitamos a ‘desarmar la comunicación, purificarla de la agresión’ (Mensaje del Papa Francisco para la 59.ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, Roma, San Juan de Letrán, 24 de enero de 2025).

A toda la población que vive en carne propia esta ola de violencia, no se dejen robar la esperanza, que solo puede ayudarles a soñar con un futuro mejor. Como afirmó el Papa Francisco en su mensaje para la 53.ª Jornada Mundial de la Paz: ‘El futuro es un don para superar los errores del pasado y construir nuevos caminos de paz’.

Al acercarse la solemnidad de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Patrona de nuestro país, oremos por su intercesión para que alcancemos la paz y la reconciliación que tanto anhelamos”.

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