Evangelizar en Benín, el encuentro con el Dios de la ternura

  • On 30 de octubre de 2025

OMPRESS-BENÍN (30-10-25) En las vigilias misioneras que se han tenido en la diócesis de Barbastro, en este mes de octubre dedicado a las misiones, se ha leído el testimonio enviado por uno de sus misioneros, el sacerdote Rafael María Quirós Gracián, que lleva más de 15 años en el corazón de Benín. Apasionados con la misión, lo ha titulado él mismo:

“En esta tarde donde os encontráis reunidos para pedir a Dios por las misiones, os llevo en el recuerdo más profundo de mi corazón. Sois auténticos misioneros, pues vivís apasionadamente esta dimensión central de la Iglesia. Alguno puede pensar que como no ha salido de su pueblo o ciudad, por eso es menos misionero que alguien que se encuentra en lo más recóndito de África como yo. Pues no es cierto, la misión se hace en cada lugar donde nos encontramos, y hay que procurar hacerla con la mayor pasión posible, pues no son tiempos fáciles para los cristianos en el mundo.

Yo comienzo mi decimosexto curso en esta diócesis de N’Dali, en el corazón de Benín, mi sexto año en la nueva misión que creé por orden del obispo del lugar y con el acuerdo de D. Ángel. El arranque fue duro, pues no tenía ni casa, así que me alojé con unos compañeros africanos en una parroquia cercana y cada día iba y venía por estos caminos de tierra hasta los pueblos que pertenecían a mi nueva misión. Por fin, después de dos años de construcción y buscando ayudas, siempre generosas, por cierto, pude instalarme en la nueva casa. A partir de ahí, reforzar todos los grupos, reuniones y anuncio explícito de la Palabra de Dios. Mucha gente nos pregunta a los misioneros que a qué nos dedicamos, y yo siempre digo que a evangelizar, que no hay nada más importante, sanador y que devuelva de mejor manera al ser humano su propia dignidad. Un Dios que está enamorado de cada uno de nosotros, un Dios que da su vida por salvarnos, a todos, sí a todos, da igual las burradas que hayamos hecho. El encuentro con ese Dios de la ternura cambia la vida hasta del más obcecado. La gente que está aplastada por los sistemas corruptos, de abusos de los poderosos, que han nacido y crecido en un sistema que les oprime y les niega los derechos más fundamentales, al descubrir a Jesucristo muerto y resucitado, recuperan sus ganas de vivir, su dignidad pisoteada y luchan por sus vidas y las de los suyos.

Necesitamos estar apasionados para vivir la Pasión del Evangelio. Y esto se hace muy elocuente cuando los grupos yihadistas ya están golpeando en esta diócesis. El norte del país está muy mal con este tema, ataques continuos y amenazas a toda la población y a los cristianos en particular. En una parroquia cercana a la mía, hay una misión de las madres de la compañía del Salvador que han tenido que abandonar por el momento, obligadas por el nuncio y el Ministerio de Asuntos Exteriores español. Cómo lloraban las hermanas viendo que el colegio con más de cuatrocientas niñas y más de cien internas no se podía abrir este año. La población con miedo y los cristianos también. La secretaria del colegio es católica, casada con un musulmán, cuando los yihadistas amenazaron a todo el que fuera a la Iglesia, la primera reacción del marido fue intentar impedir a su mujer y sus hijos ir a la Iglesia. Pero luego le dijo, debes ir, yo os acompaño, no puede ser que nadie os impida reuniros en vuestra oración y rezar a vuestro Dios. Hay cientos de testimonios que de verdad ponen los pelos de punta y tocan el corazón en lo más profundo. Como el catequista amenazado y secuestrado, al que le dijeron que si seguía rezando en la capilla le iban a matar. Su familia le pidió que lo dejara, pero él dijo, si tengo que morir que sea en la iglesia rezando. Y un largo sin fin de testimonios. Mi zona está considerada zona de riesgo, lo cual se aumenta por mi color de piel, soy objetivo claro. Pero debo compartir con sinceridad que por el momento, y doy gracias a Dios, no parece que en mi parroquia haya llegado el peligro por ahora. Y espero que, con la ayuda de vuestra oración, yo pueda seguir yendo por todos los poblados de esta parroquia a anunciar la buena nueva. Es cierto que hay gente que me ha desaconsejado ir a ciertos lugares, pero en realidad no veo situación de peligro por ahora.

Hay que rezar mucho por los cristianos perseguidos en el mundo, en Nigeria, de la que somos frontera, en los seis primeros meses de este año, han matado a más de siete mil cristianos. Pidamos al Dios de la paz que de cordura al sinsentido de tanta violencia y que seamos capaces de respetarnos todos.

Pido por mi querida diócesis de Barbastro-Monzón y por cada uno de los tantos misioneros de corazón y acción que hay en ella. Unidos en la oración y en la Pasión”.

Comparte esta noticia en: