OMPRESS-ROMA (23-09-22) Son casi 90 millones las personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo e innumerables los que han tenido que abandonar su hogar por la pobreza o la falta de oportunidades. El Papa en su mensaje para esta jornada recuerda que sin ellos no se puede construir el futuro.

Se trata de realidades que afectan a muchas personas. Según datos de Naciones  Unidas, son 27,1 millones los refugiados fuera de sus países, y 53,2 millones los desplazados internos. En el mundo además hay 4,6 millones de solicitantes de asilo. Es decir una de cada 88 personas en el mundo se ha visto obligada a abandonar su hogar por la violencia. Y en cuanto a la migración, se calcula que hay 272 millones de migrantes internacionales, es decir una de cada 29 personas.

El lema de esta jornada es “Construir el futuro con los migrantes y los refugiados”. Por eso, el Papa Francisco, en su mensaje, para la jornada, subraya que “la presencia de los migrantes y los refugiados representa un enorme reto, pero también una oportunidad de crecimiento cultural y espiritual para todos. Gracias a ellos tenemos la oportunidad de conocer mejor el mundo y la belleza de su diversidad. Podemos madurar en humanidad y construir juntos un “nosotros” más grande. En la disponibilidad recíproca se generan espacios de confrontación fecunda entre visiones y tradiciones diferentes, que abren la mente a perspectivas nuevas. Descubrimos también la riqueza que encierran religiones y espiritualidades desconocidas para nosotros, y esto nos estimula a profundizar nuestras propias convicciones”.

Y añade que, a pesar de los desafíos y el dolor de muchas situaciones, también hay rasgos de esperanza, como en el caso de la llegada de migrantes y refugiados católicos, algo que “ofrece energía nueva a la vida eclesial de las comunidades que los acogen. Ellos son a menudo portadores de dinámicas revitalizantes y animadores de celebraciones vibrantes. Compartir expresiones de fe y devociones diferentes representa una ocasión privilegiada para vivir con mayor plenitud la catolicidad del pueblo de Dios”.

Concluye el mensaje insistiendo en que, “si queremos cooperar con nuestro Padre celestial en la construcción del futuro, hagámoslo junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes y refugiados. ¡Construyámoslo hoy! Porque el futuro empieza hoy, y empieza por cada uno de nosotros”.

Además el Papa incluía una oración para rezar especialmente este domingo:

Señor, haznos portadores de esperanza,

para que donde haya oscuridad reine tu luz,

y donde haya resignación renazca la confianza en el futuro.

Señor, haznos instrumentos de tu justicia,

para que donde haya exclusión, florezca la fraternidad,

y donde haya codicia, florezca la comunión.

Señor, haznos constructores de tu Reino

junto con los migrantes y los refugiados

y con todos los habitantes de las periferias.

Señor, haz que aprendamos cuán bello es

vivir como hermanos y hermanas. Amén.