Esperanza para la misión dominica en la Amazonía peruana

Esperanza para la misión dominica en la Amazonía peruana

  • On 22 de septiembre de 2023

OMPRESS-PERÚ (22-09-23) Así describe el vicario Apostólico de Puerto Maldonado, en la Amazonía peruana, el obispo misionero David Martínez de Aguirre Guinea, el respaldo que ha recibido la labor de los misioneros y misioneras dominicas, manifestado en el encuentro de Misiones Amazónicas OP de este verano. El encuentro tuvo lugar del 2 al 8 de julio en Puerto Maldonado, Mons. David, “desde este rinconcito de cielo donde Dios nos ha puesto”, cuenta lo que ha significado para el vicariato.

“La presencia de los asistentes del Maestro de la Orden y miembros de todas las ramas de la familia dominicana, nos hicieron sentir a los misioneros y misioneras dominicos que la Orden tiene el deseo firme de responder al mandato recibido de la Iglesia de crear una iglesia local en la Amazonía peruana, en la que sus pueblos puedan aportar su colorido, riqueza espiritual y su modo peculiar de comprender el acontecimiento de Cristo Resucitado, quien también llama a la Amazonía a sumarse a la dinámica del Reino.

Estos días nos han ayudado a repensar juntos nuestras Misiones Amazónicas OP. Siempre es interesante contrastar la mirada con quien llega desde fuera, y tomar conciencia de la riqueza de esta misión al compartirla con los otros. Nos hemos llenado de orgullo al ver a los religiosos/as y laicos/as de nuestras comunidades presentando la problemática de la Amazonía, y a los indígenas de las misiones presentando sus dificultades, sueños y esperanzas. Las jovencitas de la residencia de Santa Cruz dieron un colorido singular al encuentro, y nos hizo viajar con la mente a las casi doscientas comunidades nativas presentes en la geografía de este Vicariato encomendado a la Orden.

Pero quizás lo más reseñable del encuentro es la esperanza que genera en nosotros, misioneros y misioneras dominicas. El declive de la presencia de la vida religiosa en la Amazonía es más que notable. Cada vez son más las congregaciones que ante la disminución de vocaciones optan por priorizar sus presencias en las grandes ciudades, en desmedro de la inserción entre los pueblos originarios. Nuestro Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado no es ajeno a este proceso, disminuyendo cada vez más el número de misioneros y misioneras en territorio amazónico y aumentando la media de edad de quienes se mantienen. Los esfuerzos que la Provincia San Juan Bautista del Perú está haciendo para seguir manteniendo las misiones no son suficientes. Confiamos que este encuentro logre la visibilización y toma de conciencia de esta importante misión por parte de toda la Orden, despertando en los frailes, hermanas y laicos el celo apostólico que Santo Domingo tenía por los cumanos. Estamos convencidos que la Amazonía y sus pueblos tienen mucho que aportar para el futuro del planeta y de la humanidad, así como al camino sinodal emprendido por la Iglesia, y creemos que la participación de toda la Orden en las Misiones Amazónicas OP, no sólo será una bendición para la Amazonía y sus pueblos, sino también para la propia religiosa/o o laica/o misionero, y para la provincia o hermandad laical que lo envía.

Esperamos que, al igual que ha ocurrido durante muchos años con los frailes de la provincia de Hispania, ahora seamos toda la familia dominicana universal quienes vibremos y nos sintamos parte de estas Misiones Amazónicas OP en las que muchos no podremos estar presentes físicamente. Nuestra oración por las misiones, nuestra preocupación e interés por lo que va aconteciendo, el esfuerzo por obtener recursos económicos para sostener la misión, compartiendo lo propio y organizando colectas solidarias con nuestros fieles, serán un gran aporte, convencidos de que ‘el Señor toma nuestra entrega para derramar bendiciones en otro lugar del mundo donde nosotros nunca iremos’ (Francisco, EG 279).

Desde este rinconcito de cielo donde Dios nos ha puesto, les animamos a toda la Orden a “amazonizar” nuestros corazones, participando de esta importante misión que la Iglesia nos ha encomendado. ¡Les esperamos!”.

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