En Tailandia, “hacemos cristianos de forma artesanal”

  • On 2 de septiembre de 2022

OMPRESS-TAILANDIA (2-09-22) La archidiócesis de Burgos publicaba a finales del mes de agosto el testimonio de uno de sus muchos misioneros esparcidos por todo el mundo. Se trata de José María Rodríguez Redondo, misionero en Tailandia, sacerdote del Instituto Español de Misiones Extranjeras. Nacido en Burgos en 1962, sintió la vocación misionera siendo ya seminarista burgalés. Ordenado sacerdote en 1995 comenzó su misión en Tailandia, con una breve estancia en la India y en España en labores de dirección, volvió de nuevo al país en 2013.

En Tailandia, declaraba José María a la prensa diocesana de Burgos que ha encontrado “un pueblo muy religioso, allí la religión es un valor, en contraposición con Europa y España, donde parece un antivalor. En Tailandia la religión principal es el budismo y también muy influenciados por la religión primitiva, conocedores de que hay algo trascendente que supera lo material, lo que implica un gran respeto por la Naturaleza”. La relación entre budistas y cristianos, cuenta, es fluida, pero la Iglesia en Tailandia está muy en minoría, “está diseminada en grupitos y muy esparcida, pero hay total armonía entre budistas y cristianos, cualquier cosa en el día a día se hace en común, es lo que llamamos diálogo interreligioso de vida, que supone compartir la vida y que todos nos tenemos que ayudar, de hecho compartir celebraciones budistas y cristianos suele ser normal”.

El Papa ha pedido un mayor acercamiento y eso intentan: “El problema es que en el acercamiento, cuando nos presentamos como sacerdotes católicos, la gente nos acepta y considera que todas las religiones son buenas, pero falta curiosidad, interés e inquietud por conocer en profundidad el cristianismo. Esa es la tarea pendiente. Hay un enorme respeto entre las dos religiones y eso es lo más positivo. El budismo no habla de Dios, tampoco lo niega, pero pone toda su confianza en el hombre. Cada persona debe recorrer su camino y hacerlo de forma personal, para el budismo eso es vital, pero con sus propias fuerzas, no entienden el poder de la gracia, les cuesta mucho entender eso, el budista considera que debe salvarse a sí mismo y el cristiano sabe que no puede hacer nada sin Dios en su camino”.

“Nosotros nos presentamos como sacerdotes de la comunidad en la que viven y eso es una plataforma importante, manteniendo actividades con niños y jóvenes, en los que trabajamos los valores, y también tenemos promoción de adultos, sobre todo en la mujer; son pequeños detalles que les hablan de que trabajamos por la dignidad de las personas, compromiso con las personas, que es la doctrina de Jesús. Y hay personas que se sienten llamadas a la conversión, lo que para nosotros es una alegría, presentarles a Jesús con sencillez”.

Poco a poco van surgiendo algunas conversiones, una media de dos o tres adultos al año que se bautizan. “Podemos decir que hacemos cristianos de forma artesanal. Pero la Iglesia en Tailandia no tiene complejo de inferioridad, hay mucha ilusión en el trabajo que nos queda por hacer”, concluye.

 

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