El Papa Francisco con “Mundo Negro”
- On 16 de enero de 2023
OMPRESS-ROMA (16-01-23) El Papa Francisco ha recibido en audiencia este fin de semana a los miembros de la Revista “Mundo Negro”, la veterana revista de los Misioneros Combonianos de España, a quienes concedió una entrevista que ha publicado íntegramente el portal Vatican News. Antes de la misma, cuando el equipo de “Mundo Negro” le hace entrega del Especial África 2022 –que recoge con exhaustividad datos del continente africano– responde rápido que ya lo tiene y que lo consulta. A continuación, propone sin demora la conversación. «Pregunten lo que quieran». Dialogamos 35 minutos en medio de su agenda matinal.
Preguntado sobre su frase “África no deja de sorprender”, y qué parte de esa sorpresa se le puede atribuir a los misioneros, el Papa responde: “De los misioneros lo que más me sorprende es la capacidad de meterse en la tierra y respetar las culturas y ayudarlas a que se desarrollen. No desenraizan a la gente, al contrario. Cuando veo a los misioneros, y siempre hay alguno que puede fallar, constato que la Misión católica no es proselitista, sino que anuncia el Evangelio según la cultura de cada lugar. Lo católico es eso, respetar las culturas. No hay una cultura católica como tal; sí un pensamiento católico, pero en lo católico se enraízan cada una de las culturas, y eso ya en la misma acción del Espíritu Santo en la mañana de Pentecostés. Eso es muy claro. Lo católico no tiene uniformidad, tiene armonía, la armonía de las diferencias. Y esa armonía la hace el Espíritu Santo. Un misionero va, respeta lo que se encuentra en cada lugar y ayuda a que se cree la armonía, pero no hace proselitismo ideológico o religioso ni, mucho menos, colonialismo. Algunas desviaciones que hubo en algún otro continente, por ejemplo, el problema serio de las escuelas en Canadá, donde estuve y allí hablé de ello, se debieron a que no estaba muy clara la independencia en ese momento, pero el misionero tiene que estar para respetar la cultura de su pueblo, vivir con esa cultura y llevar adelante su trabajo”.
Sobre la llegada de subsaharianos a Europa, con un bagaje católico a sus espaldas y cómo enriquecen a las comunidades cristianas europeas, explica que “el testimonio cachetea mucho, el testimonio cachetea siempre, y eso es bueno. Estas personas ofrecen un testimonio fresco de las nuevas culturas, frente a culturas más envejecidas u organizadas en un sentido «empresarial». Los conflictos de esos países nuevos o más jóvenes son distintos de los conflictos de los países más viejos y cerrados. Creo que es un remozón. Pero también puede pasar lo contrario, que se entusiasmen con ese estilo de vida un poco más estático o más pagano, si quieres, y que pierdan lo bueno que traen. Es un riesgo”.
En cuanto al viaje a la República Democrática de Congo y Sudán del Sur, el Papa explicaba que fue suspendido por el problema de su rodilla: “El de Canadá estaba muy programado y no podía suspenderse, pero este se pudo aplazar. A Sudán del Sur vamos en conjunto, al mismo nivel, el arzobispo de Canterbury y el secretario de la Iglesia de Escocia, y estamos trabajando muy bien en común. Y República Democrática de Congo… es como un baluarte, un baluarte de inspiración. Basta ver acá en Roma la comunidad congoleña, que la dirige una monja, sor Rita, una mujer que enseña en la universidad, pero manda ella, como si fuera un obispo, manda ella. Celebré la misa de rito congoleño aquí, es una comunidad que está muy cercana a mí. Tengo ganas de cumplir con ese viaje cuanto antes. Sudán del Sur es una comunidad sufrida. Hace unos años organizamos acá, junto al arzobispo de Canterbury y al delegado de la Iglesia de Escocia, un retiro espiritual para los agentes políticos del país, y es también una ilusión poder hacer ese viaje”. Y es que, añade, la Iglesia del Congo tiene raíces, tiene cultura propia, es impresionante. Señalaba que no puede ir a Goma, por el avance de las guerrillas: “No voy porque tenga miedo, a mí no me va a pasar nada, pero con un ambiente así y viendo lo que están haciendo, tiran una bomba en el estadio y matan a muchísimas personas. Hay que cuidar a la gente”.
En cuanto al tema de la inmigración africana, recuerda que leyó “un librito en español, “Hermanito” [de Ibrahima Balde y Amets Arzallus Antia], de un chico que va a buscar a su hermano y llega a España. Lo que tuvo que sufrir para llegar ahí, los campos de concentración del norte de África, toda una industria donde la carne humana es lo que mercanteás. Es duro lo que pasa. Una jefa de gobierno dijo una vez que el problema de las migraciones hay que resolverlo en África, ayudando a África a que sea cada vez más señora de sí misma. Y es verdad. Pero lo que hay es que África está para saquearla”.
Recomienda finalmente a los lectores, “Que sigan leyendo Mundo Negro porque esta revista es un horizonte, te va abriendo cada vez más las cosas. Sigan leyéndola, porque se abren las fronteras y nos saca del mundo chiquito de nuestra sociedad, de nuestra ciudad, de nuestras cositas, cositas, cositas… Mundo Negro te abre a las cosas grandes”.