El misionero Vicente Berenguer, condecorado por toda una vida dedicada a los más desfavorecidos
- On 20 de junio de 2024
OMPRESS-MADRID (20-06-24) Vicente Berenguer recibía ayer la medalla al mérito civil de parte del Rey Felipe VI, en un acto celebrado este miércoles con motivo del décimo aniversario de su reinado. Es uno de los 19 ciudadanos españoles que recibieron esta medalla en un acto de homenaje que tuvo lugar en el Palacio Real.
Este galardón es un reconocimiento a una labor de más de cincuenta años dedicada a los más desfavorecidos en Mozambique. Una labor especialmente centrada en la escolarización, ayudando directamente a miles de niñas y niños de este país africano.
Colaborador habitual en las campañas y encuentros de las Obras Misionales Pontificias sobre todo en la Comunidad Valenciana –este pasado septiembre estuvo en las Jornadas Misioneras de Levante, Vicente Berenguer Llopis nació en Teulada, Alicante. Al cumplir los 80 años se estableció en la localidad alicantina de Gata. La medalla al mérito civil que se le entregó ayer no es el único reconocimiento otorgado a este misionero. Ha sido nombrado hijo adoptivo de Gata y también de la misma ciudad de Valencia, hijo predilecto de Teulada, donde nació, Premio 9 d’Octubre de la Generalitat Valenciana y Premio de la Fundación por la Justicia por su trabajo en defensa de los derechos humanos.
Como miembro del Instituto Español de Misiones Extranjeras, IEME, llegó a Mozambique, en 1967. Él mismo recordaba que su viaje a la misión, en barco, duró 21 días. Cuando llegó lo enviaron al norte, en el distrito de Tete. De ahí pasó a una misión, más al interior del país, en Changara. Fue entonces cuando comenzó la lucha por la independencia de Mozambique. En abril de 1973 tuvo que abandonar el país por su apoyo a la independencia y no pudo volver hasta la Revolución de los Claveles de Portugal, del año siguiente. Al declararse república popular, Mozambique nacionalizó hospitales, colegios, instituciones… la mayoría a cargo de la Iglesia, y se impuso el marxismo. Vicente, como otros misioneros, se quedó y estuvo trabajando como profesor y luego director de una escuela industrial y comercial, mientras seguía atendiendo a la parroquia que tenía encomendada. Después vino la guerra civil que destruyó el país. Luego llegaría a trabajar durante 11 años en el Ministerio de Educación en la capital, Maputo, sin dejar nunca de ser párroco.
En sus últimos años como misionero en Mozambique, fue párroco de la Iglesia de San José en la localidad de Ressano García, pueblo fronterizo con Sudáfrica, por el que muchos jóvenes huían de Mozambique y cruzaban la frontera en busca de un futuro, jugándose la vida y pagando sobornos. Con la ayuda de numerosos colaboradores públicos y privados el padre Vicente dotó de agua potable a la población, reconstruyó y amplió la escuela primaria, construyó la escuela secundaria para mil alumnos, un salón cultural polivalente para la población, un espacio deportivo para los jóvenes, casas para los maestros, un internado con capacidad para 90 alumnos de las zonas rurales. Rehabilitó también el centro sanitario, construyó un “puesto de salud” y escuelas primarias en Chanculo e Incomati, aldeas cercanas a Ressano García.
La labor realizada por este misionero fue documentada en 2018 por el fotógrafo Rafa Andrés y la periodista Puri Naya, en el libro “El árbol de los secretos. Un viaje al universo de Vicente Berenguer.