El misionero Antonio López García-Nieto desde Vanuatu
- On 13 de enero de 2020
OMPRESS-VANUATU (13-01-20) El misionero español en Vanuatu, Antonio López García-Nieto, que pertenece a la provincia de Oceanía de los Hermanos del Sagrado Corazón, ha escrito estas navidades. Vanuatu es un pequeño archipiélago formado por algunas de las innumerables islas del Pacífico, situado a más de 1.000 kilómetros al oeste de la costa de Australia.
“Hola, ¡ya es Navidad! Esta celebración me permite cada año volver a ponerme en contacto con una gran parte de todas esas personas que me son más cercanas, pero con las que durante el año no puedo siempre conectar. Así que este es un buen momento para renovar la amistad que nos une. En mi tarjeta de Navidad, detrás de nuestro grupo de la clase de 12º, está la Familia de Belén en una piragua y, más lejos, el inmenso Océano Pacífico. He elegido una frase del papa Francisco tomada de su exhortación a los jóvenes Christus vivit: ‘El camino es Jesús; hagámosle subir a nuestra piragua y rememos mar adentro con Él. Él cambia la perspectiva de la vida.’ (141) ¡Una buena manera de ver la vida! ¡Una buena manera de comenzar un nuevo año!
En nuestras islas de Oceanía, el mar está siempre presente; lo vemos desde todas partes. Personalmente, me siento especialmente atraído por él y me sumerjo en él diariamente. Desde nuestra casa comunitaria, contemplamos las hermosas puestas de sol todos los días y la puesta de luna cada 29 días. La línea del horizonte está siempre ahí, como una invitación a emprender un viaje por el océano, a dejar nuestra seguridad en tierra firme y a remar cada vez más lejos por la aventura de la vida. Como dice el Papa, si dejamos un lugar para Jesús en nuestra piragua, él siempre nos dará una nueva perspectiva. La vida tiene sentido y hay que vivirla en plenitud. Esto es lo que deseo durante el próximo año para todos y cada uno de nosotros.
Y si miro hacia atrás, hacia este año que ya está tocando a su fin, ¡veo que es verdad! Lo habíamos imaginado tranquilo y pacífico; teníamos que asumir el desafío de abrir una nueva clase de 13° para completar el ciclo de estudios secundarios y pensábamos que este proyecto sería suficiente para este año, después de tantos años abrumados por las actividades. Pero no habíamos contado con la perspectiva de Jesús, ¡que siempre es imprevisible! A mediados de año, como para sacudirnos en nuestro letargo, vino a despertarnos: ‘¡Ya basta de dormir! ¡Hay que ponerse en pie! Presentad dos nuevos proyectos porque os he buscado unos amigos para financiároslos…’. Y así, en mayo, emprendimos el saneamiento de las duchas y los servicios de los antiguos dormitorios de internos; en julio, la ampliación del comedor para convertirlo en una sala polivalente y en noviembre la construcción de un muro para proteger las clases del ruido y el polvo del camino adyacente.
Estamos muy contentos con estas iniciativas que la Providencia ha puesto en marcha porque los tres proyectos eran realmente necesarios. Así que, al final, basta con estar siempre disponibles a la voluntad de Dios, basta con dejarle un lugar a Jesús en nuestra piragua para que sea él, con nuestra colaboración, quien construya el Reino. ¡Él cambia la perspectiva de la vida!
Doy gracias a Dios por este año que está terminando y le pido a la familia de Belén que nos bendiga a todos y que bendiga todos nuestros proyectos ̶ y todos sus proyectos sobre nosotros para el próximo año”.