El máximo galardón de la Iglesia filipina al misionero del diálogo
- On 11 de junio de 2024
OMPRESS-FILIPINAS (11-06-24) El padre Sebastian D’Ambra es el fundador del movimiento “Silsilah”, un verdadero puente de paz entre cristianos y musulmanes. La Conferencia Episcopal Filipina ha querido otorgar su máximo galardón, la Cruz de Oro del obispo Jorge Barlín, a este misionero italiano, que lleva desde 1977 apostando por la paz.
Los obispos filipinos han querido reconocer el “servicio destacado y generoso” de este misionero a la Iglesia, “ejemplificando los ideales” del que fuera el primer obispo filipino, Mons. Jorge Barlín (1850-1909), haciendo referencia a quien inspira este reconocimiento. El padre D’Ambra fue el primer secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Diálogo Interreligioso de la Conferencia Episcopal, cuando esta comisión se creó en 1990, y ocupó el cargo durante muchos años. El sacerdote de 82 años es miembro del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME)
Tras 10 años de labores pastorales en Italia, entre ellas la de formador en seminarios, el padre Sebastian D’Ambra llegó a Filipinas en 1977. Él y otros dos misioneros buscaban hacer una experiencia de nuevos caminos de evangelización a través del encuentro con otras culturas y otras religiones, por lo que sus superiores les ofrecieron la misión en Tailandia. Pero el estallido de la guerra civil allí, les llevó a Filipinas, en la zona norte de Zamboanga, una zona muy difícil, en donde estaban presentes los rebeldes del Frente Moro de Liberación Nacional. Allí tomó la decisión de estar junto a los musulmanes. Un compromiso radical que le llevó a hacer de mediador entre grupos rebeldes y el gobierno filipino, una experiencia única. Sufrió incluso una emboscada. Sus superiores le ordenaron volver a Italia y allí aprovechó para estudiar árabe y estudios islámicos en el Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos de los Padres Blancos en Roma.
Al volver a Filipinas en 1984 crearía el movimiento “Silsilah”, una palabra que significa vuelta al origen y que, en Filipinas, también designa el árbol genealógico. Silsilah significa crear un vínculo desde el punto de vista espiritual, para difundir la paz. Fue entonces cuando la Conferencia Episcopal Filipina le pidió dirigir la Comisión Episcopal de Diálogo Interreligioso. Propusieron cursos a musulmanes y cristianos, iniciaron formas de solidaridad en las aldeas más pobres, y otras iniciativas llevadas a cabo de forma amplia y capilar. El padre D’Ambra buscó una sede y así se creó Harmony Village, un lugar abandonado que llegó a ser un escondite de rebeldes en Zamboanga y que le vendió un amigo suyo chino por un precio simbólico. Uno de los cursos que da el movimiento ejemplifica la forma de actuar del movimiento Silsilah. Es el Curso de Verano para el Diálogo entre musulmanes y cristianos. Un curso básico de un mes en el que, los fines de semana, musulmanes van a vivir con familias cristianas y viceversa, y donde se estudia algo de árabe junto con el Corán y la Biblia, un poco de historia del Islam y del Cristianismo, además del concepto de diálogo.
El proyecto “Silsilah” condujo a la creación de la Comunidad de Diálogo Emaús, un movimiento católico para promover el diálogo interreligioso que comenzó en 1987. En 2020, el misionero también fundó la Facultad de Teología de Emaús para apoyar las vocaciones de jóvenes católicos en un espíritu de diálogo con personas de diferentes culturas y religiones. El movimiento “Silsilah” ha ganado premios por la paz nacionales e internacionales, como el Premio Goi por la Paz en 2013 de la Goi Peace Foundation, una fundación japonesa comprometida con la promoción de la paz. En 2014, recibió el prestigioso Premio de la Semana Mundial de la Armonía Interreligiosa, patrocinado y apoyado por el Rey Abdullah II de Jordania.