El Domund recorrió las calles de Caracas
- On 22 de octubre de 2025
OMPRESS-VENEZUELA (22-10-25) El pasado domingo, desde la Basílica Menor Santa Capilla de la ciudad de Caracas, un numeroso grupo de fieles recorrió, bajo el lema del Domund, “Misioneros de esperanza entre los pueblos”, las calles de la ciudad, acompañando las reliquias de los primeros santos venezolanos. Una jornada organizada por las Obras Misionales Pontificias de Venezuela, que reunió a comunidades, jóvenes y niños en un acto de fe, oración y reflexión sobre la misión universal de la Iglesia.
La actividad inició en la histórica iglesia Santa Capilla, donde se llevó a cabo una Adoración Eucarística en la que se elevó una oración especial por los misioneros y se dio gracias por las recientes canonizaciones de los primeros santos venezolanos: el doctor José Gregorio Hernández y la Madre Carmen Rendiles. Tras la adoración, los participantes emprendieron una solemne caminata que acompañó las reliquias de ambos santos. La procesión fue un espacio de meditación, cantos y reflexión, con momentos especialmente conmovedores cuando los niños de la Obra Pontificia de la Infancia y Adolescencia Misionera guiaron la meditación. La jornada contó también con la presencia de Jovenmisión, servicio de animación misionera para jóvenes, y las religiosas Franciscanas Misioneras de María, que ofrecieron su participación mediante lenguaje de signos. Entre alabanzas y cánticos, la caminata concluyó en la Plaza La Candelaria, aproximadamente al mediodía.
La celebración de la Misa del Domund se realizó en la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, presidida por el padre Fabrice Rivet, delegado del Nuncio Apostólico Mons. Alberto Ortega Martín, y concelebrada por sacerdotes misioneros de la Consolata y el vicario parroquial. Durante la homilía, el celebrante remarcó la importancia de la unidad entre los venezolanos y destacó que las canonizaciones del doctor José Gregorio Hernández y de la Madre Carmen Rendiles constituyen un “signo de esperanza y unión para la nación”. Los cantos de la Schola Cantorum de Venezuela, dirigidos por la maestra María Guinand, acompañaron la celebración con un ambiente de recogimiento y solemnidad. Al terminar la celebración, las Obras Misionales Pontificias agradecieron la participación de todos los fieles y renovaron el llamado a ser “Misioneros de esperanza entre los pueblos”, contribuyendo con la oración y la ayuda material que sostiene la labor evangelizadora de la Iglesia en los territorios de misión alrededor del mundo.
El domingo mismo eran canonizados por el Papa León XIV en Roma los dos nuevos santos venezolanos junto a otros cinco. A quienes acudieron a la canonización el Papa les dijo: “Los obispos de Venezuela han publicado el pasado 7 de octubre una carta con motivo del gozoso acontecimiento de ver en los altares a dos hijos de su amada tierra: san José Gregorio Hernández y santa Carmen Rendiles, pidiendo al Señor que este sea un fuerte estímulo para que todos los venezolanos se congreguen y sepan reconocerse como hijos y hermanos de una misma Patria, reflexionando así sobre el presente y el futuro, a la luz de las virtudes que estos santos vivieron de manera heroica”.
La Madre Carmen Rendiles Martínez (1903-1977), fundadora de la Congregación de las Siervas de Jesús de Venezuela, abría su corazón a todos, especialmente a los pobres, y era especialmente atenta con los enfermos. También los sacerdotes fueron objeto de su dedicación y cuidado, y para muchos se convirtió en una consejera sabia y maternal. Junto con sus hermanas, sirvió con amor en parroquias, escuelas y junto a los más necesitados. El doctor José Gregorio Hernández Cisneros (1864-1919), tras estudiar medicina sintió la vocación sacerdotal y religiosa pero, por motivos de salud tuvo que abandonarla. Se dedicó definitivamente a su profesión médica y a la enseñanza universitaria, y también se unió a la Tercera Orden Franciscana, siguiendo fielmente su Regla. En su profesión, favoreció a los pobres, de quienes no solo no recibía compensación, sino que a menudo les daba dinero para medicinas. Se le conoció como “el médico de los pobres”.