Diez años de los Misioneros de la Consolata en Taiwán
- On 26 de septiembre de 2024
OMPRESS-TAIWÁN (26-09-24) Este mes de septiembre los Misioneros de la Consolata han celebrado diez años de presencia en Taiwán. Son la presencia misionera más joven en Taiwán, y lo celebraron de una manera especial en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Hsinchu, que tienen encomendada desde 2017. La revista Missioni Consolata informaba de esta entrañable celebración.
Fue el 12 de septiembre de 2014, cuando tres misioneros aterrizaron en el aeropuerto de Taoyouan, en Taipéi. Comenzaba así la aventura en Taiwán de este instituto misionero fundado por José Allamano, el sacerdote turinés que será canonizado precisamente el día del Domund, el 20 de octubre. Los tres primeros misioneros fueron Eugenio Boatella (España), Mathews Odhiambo Owuor (Kenia) y Piero de Maria (Italia). Hoy son siete los misioneros de la Consolata, donde atienden tres parroquias, todas en las diócesis de Hsinchu, una de las siete diócesis de Taiwán.
En la homilía de la celebración eucarística de acción de gracias por estos diez años, que se celebró el sábado pasado, de estos diez años el obispo de la diócesis, Mons. John Baptist Lee Keh-mien les dijo: “Hoy es un día de alegría porque celebramos diez años de contribuciones y sacrificios de los Misioneros de la Consolata en la diócesis de Hsinchu”. Y añadió que “el Dicasterio vaticano para la Evangelización ha visto cómo un gran número de misioneros africanos trabajaban en Europa, invirtiendo la regla de que los misioneros que venían del viejo continente solían ir a África a predicar. Ahora la buena noticia es que los vemos llegar a Taiwán, a la diócesis de Hsinchu”. Y es que cuatro de los siete religiosos presentes en la diócesis son africanos, tres de Kenia y uno de Tanzania.
Clement Kinyua Gachoka, actual superior de la Región Asia de los Misioneros de la Consolata, recordó a José Allamano: Estamos a un mes de su canonización y a poco más de un año del centenario de su muerte. Creo que estará contento y nos mirará con orgullo y estima, porque ve que caminamos por la senda de los sueños que él tenía para la misión”.