Día del Misionero Malagueño
- On 2 de julio de 2024
OMPRESS-MÁLAGA (2-07-24) El próximo 21 de julio, la diócesis de Málaga celebrará el Día del Misionero Malagueño, que va muy unido a la misión diocesana que esta diócesis apoya y mantienen en Caicara del Orinoco, Venezuela. Mons. Jesús Catalá, obispo de Málaga, ha escrito a sus fieles animándoles a vivir este día especial por los malagueños que han marchado a la misión.
Hace casi 70 años que comenzó la colaboración de la diócesis de Málaga con Venezuela, atendiendo a la llamada que hizo el entonces obispo de Málaga, Mons. Ángel Herrera Oria. Desde 1954 hasta 1986, los obispos de Málaga enviaron sacerdotes a las diócesis de Ciudad Bolívar, Cumaná, Maturín y Guanare. En 1986, esta ayuda se reorientó hacia la Misión Diocesana de Caicara del Orinoco, en un compromiso al que la diócesis malagueña ha sido fiel hasta nuestros días.
“Nuestra diócesis ha ofrecido siempre un apoyo constante a la actividad misionera de la Iglesia universal”, dice en su carta Mons. Catalá. “En este día recordamos especialmente a nuestros misioneros que han colaborado y siguen haciéndolo en la zona de Caicara del Orinoco y en otros lugares de Venezuela. También recordamos a todos nuestros misioneros malagueños (sacerdotes, religiosos y laicos), que están en pleno campo de misión en distintos continentes.
Con este motivo elevamos al Señor nuestra oración, para que siga bendiciendo su trabajo misionero y les llene el corazón de la alegría del Evangelio y de su paz de Resucitado. Nuestra oración se dirige también a Dios a fin de suscitar nuevas vocaciones misioneras entre los jóvenes, para que tengan un corazón grande para amar y generoso para entregarlo al servicio del Evangelio.
También nos comprometemos a ayudar económicamente a los misioneros en estos tiempos difíciles, pues necesitan medios para su actividad misionera y recursos con los que afrontar las necesidades de la misión.
Recordamos que todos tenemos una misión, recibida en el bautismo, por la que el Señor nos envía a ser sus testigos y anunciadores de la Buena Nueva, en el ámbito donde cada cual desarrolla su vida personal, profesional y vocacional. Gracias a todos los fieles, a las parroquias, a las comunidades cristianas, asociaciones y grupos misioneros, que hacéis posible con vuestra oración y aportación económica que nuestros misioneros continúen la labor evangelizadora por el mundo. Muchas gracias por seguir siendo tan generosos como siempre. Unidos en la oración y misión”.